Alberto Angulo alcanzó su mayor sueño deportivo cuando fue llamado para competir con la selección de baloncesto en los Juegos de Sydney. Antes que Angulo tocaron el cielo de los Juegos en la especialidad Jorge Guillén, Lorenzo Alocén, Alfonso Martínez, Juan Antonio San Epifanio, Fernando Arcega y José Angel Arcega.

Angulo estuvo dos años en el Amway y otros dos en el Natwest antes de irse al Real Madrid. "Fue muy triste esa etapa en Zaragoza. Era la crónica de una muerte anunciada. El club no se podía sustentar económicamente porque había muchas deudas, aunque detrás la cantera dio jugadores a la ACB", explica..

En el Real Madrid estuvo seis años. "Es mi mejor época. Conseguí una liga y una Recopa y fui con asiduidad a la selección". Ahora, el Real Madrid "busca sus señas de identidad. En cinco años ha habido cinco entrenadores y falta un criterio. Ahora es un equipo más de la ACB. Madrid es una ciudad de cuatro millones y medio de habitantes y van al pabellón 3.500 aficionados...", dice.

Su mejor año

El mejor año de Angulo fue el "1999-2000. Ganamos la Liga ACB y fui a los Juegos con la selección". Ir a los Juegos es "todo lo que el deportista quiere. No nos fue muy bien. No sé si quedamos séptimos o novenos". Los puntales eran Dueñas, Navarro, López, Jiménez, De la Fuente, Garbajosa, Rogers y Herreros. Lo mejor para Angulo fue "el desfile inaugural y la clausura. Siempre recordaré el estadio con 95.000 personas".

Su hermano Lucio no ha tenido la fortuna de competir en unos Juegos. "Tras Sydney fue la pieza angular de la selección. Hay que estar en el mejor momento en un periodo muy concreto", confiesa.

Lo que más le llamó fue la distancia. "En avión se tardan 26 horas. La aclimatación fue durísima. Dormíamos por el dia y por la noche veíamos películas", explica.

Ahora se encuentra de vacaciones en Zaragoza donde ha asistido al Europeo júnior. "Hay que ver a las abuelas porque, si no, se enfandan. Aquí vive toda mi familia. Una de las niñas nació en Madrid, pero es de Zaragoza", explica el deportista.

Cuando se retiré, tiene claro que volverá a vivir a Zaragoza. "Tengo aquí casa", aunque confiesa que Madrid es "una ciudad impresionante. Es muy bonita si tienes un nivel de vida alto. Tienen de todo menos mar", dice Angulo.

En Lérida lleva una temporada. "Es más familiar, más tradicional. Todo el mundo se conoce por la calle". La mujer y las dos niñas de Alberto viven en Lérida aunque "cada dos semanas vengo a Zaragoza".

Angulo seguirá una año más en Lleida. "La pasada temporada ha sido muy dura puesto que hemos coqueteado con el descenso. Pero nos hemos mantenido". Hubiera sido un trauma bajar puesto que "hay 4.000 socios y es el deporte rey en Lleida".

Ahora tiene 34 años. Desde Zaragoza le han llegado cantos de sirena para que termine su carrera en el CAI. "El día que me retire me gustaría ver baloncesto de la máxima categoría aquí para poder ir al Principe Felipe con los amigos y la familia". Lo que no sabe es si "jugaré aquí. Es hablar por no callar. Igual al CAI no le intereso...". Cuando se retire, tiene muy claro que quiere estar ligado al mundo del baloncesto. "Tengo el curso superior de entrenador".

Angulo ha seguido desde Lleida la explosión de aficionados del CAI Zaragoza. "Lo veo con envidia. A excepción de Estudiantes, Málaga y Vitoria, ningún equipo de ACB llena tanto. El día que suban van a tener que hacer otro pabellón". Eso demuesta "el hambre de baloncesto en Zaragoza". A nivel de club, de captación de socios y de publicidad "se ha hecho un trabajo excepcional". Angulo es socio del CAI "aunque me ha puesto mi hermano Sergio una trampa y lo utiliza él", confiesa.

En la cantera del Real Madrid apenas suben jugadores al primer equipo. "Sin embargo, en Zaragoza con técnicos como Eneriz y Ereña se recogieron frutos con Murcia, Maluenda, Legas, mi hermano Lucio y yo mismo". Ahora, la cantera del CAI debe volver a funcionar. "Nuestro espejo debe ser el Estudiantes", concluye.