El 10 de octubre no lo olvidará nunca Santiago Sagaste. Este alpinista de 31 perteneciente al Club de Montaña Ejea cumplía el gran sueño de su vida y alcanzaba la cumbre del Shisha Pangma (8.046 metros). Es el cuarto aragonés que pisaba la cima de este ochomil tras Pedro Expósito, Francisco Pérez y Fernando Arquer.

Pese a que ha pasado totalmente desapercibida, la gesta de Sagaste ha sido una de las conquistas más relevantes del montañismo aragonés en este año. "La gran ilusión de mi vida era hacer el Shisha Pangma por esta vía en estilo alpino. Es el prototipo de montaña que siempre me ha gustado", explica el aragonés.

Sagaste subió al Shisha Pangma con el ecuatoriano Iván Vallejo. Se aclimató en el Cho Oyu. "Había más de 500 personas en el Campamento Base y lo pasé fatal aclimatando. El día que subí al Campamento II a 7.200 me dio un corte de digestión y lo pasé fatal. El ambiente comercial que hay allí no me gusta nada". En el Cho Oyu coincidió con Carlos Pauner.

Sin embargo, en el Campamento Base del Shisha disfrutó. "Está a 5.200 metros. Tiene un lago en una pradera y hay poca gente", afirma el alpinista.

Sagaste y Vallejo atacaron la montaña por la ruta británica de la cara sur. Desde el Campamento Base colocaron el Campamento I a pie de pared, a 5.500 metros. "De allí a los 6.000 se empieza a escalar y hasta los 7.100 metros es una escalada dura, de 55 a 70 grados permanentemente en hielo. Había rampas de 100 metros con 70 grados de inclinación. Este recorrido se hace en dos jornadas y dormimos en una arista", recuerda.

El ataque final

El 10 de octubre alcanzaron la cima del Shisha Pangma. "Salimos de las tiendas a las cuatro de la mañana. Nos quedaban 900 metros a la cima. Los primeros 700 metros son un corredor de 50 grados que lo hicimos sin cuerdas". El tramo final era "una pala de nieve que terminaba en una arista fácil". A la una de la tarde estaban en la cumbre.

El día era claro y el paisaje, magnífico. "Hacía aire y frío, pero el tiempo era bueno. Estuvimos poco tiempo arriba. Teníamos una obsesión muy grande por bajar lo antes posible puesto que es una vía muy peligrosa", recuerda.

En el descenso destreparon los primeros 800 metros y los 1.100 restantes rapelaron. "Comenzamos ese segundo tramo a las nueve de la mañana y 12 horas más tarde llegamos a la tienda con frontales". Sagaste y Vallejo subieron junto a los andorranos Oriol Rivas y Ramón Rosell.

Los legendarios Fernando Garrido o Pepe Garcés alcanzaron la cima central del Shisha. "De la cima central (8.008 metros) a la cima principal hay una travesía muy peligrosa de unos 400 metros de longitud con cornisas y riesgo de aludes. Habría que estar dos horas abriendo huella para superarla". Las expediciones comerciales llegan hasta la cima central.

Sagaste fue al Shisha Pangma casi de incógnito y se pagó la aventura de su bolsillo. "Se lo dije a muy pocos, son mis vacaciones y soy feliz así. Si me dieran una subvención, me sentiría muy presionado". Ahora es posible que reciba una ayuda de la Diputación Provincial y del Gobierno de Aragón.

Trabaja en la Casa de Piedra del Balneario de Panticosa. "El año que viene no me planteo ningún ochomil. Trabajaré en un negocio familiar de Ejea", apunta.