La tienda de novelas que Gregorio Gaspar regentaba en la calle Antonio Leyva era muy popular. A ella acudían los muchachos del barrio Oliver en busca del Capitán Trueno hasta que su propietario los juntó para formar el CD Oliver hace más de 50 años con el fin de no perder a sus clientes. Poco tiempo después, llegó a un acuerdo de fusión con el Club Oliveria para reforzar el equipo de Tercera Regional y, en 1954, con la Sociedad Deportiva Urrutia para formar el definitivo CD Oliver-Urrutia, que este año celebra su cincuentenario.

El nuevo club carecía de terreno propio en su nacimiento y tuvo que buscar uno de urgencia porque era un requisito imprescindible impuesto por la federación aragonesa para tramitar la licencia deportiva. El club eligió unos terrenos en los que un par de años más tarde se construiría el colegio Fernando el Católico, por lo que tuvo que trasladarse a la calle Antonio Leyva y volver a sus orígenes.

Aquel terreno de juego carecía de vestuarios y los jugadores debían cambiarse donde podían, incluso en la calle. La acequia más cercana les servía para refrescarse y para lavarse al término del encuentro. Allí se construyeron unas viviendas que obligaron al CD Oliver a trasladarse de nuevo, en esta ocasión a lo que más tarde se convertiría en La Camisera, un terreno agrícola que recibió ese nombre porque su propietaria se dedicaba a hacer camisas. Cuando el Oliver comenzó a utilizarlo, aún perduraban los surcos del campo de labor. Los vestuarios se improvisaban en casas particulares, que solían ser de directivos y socios del club, hasta que a finales de los sesenta , se valló el campo y se construyeron los primeros vestuarios propios.

Ascensos y títulos

El éxito no tardó en llegarle al Oliver en forma de ascensos y de títulos. En cuanto se estructuraron las categorías de base, rara era la temporada en la que el club no sumaba un título, o más, a su palmarés, aunque la mayoría de ellos se han perdido. Las estrecheces económicas del fútbol base hicieron que los directivos azulgrana recurrieran al reciclado de trofeos. Para poder premiar a los vencedores de los torneos organizados por el club, se veían obligados a cambiar la chapa de una copa de sus vitrinas.

El Oliver partió en su fundación de Tercera Regional y tardó poco más de una década en llegar a Primera Regional. En 1971-72 alcanzó la preferente y en 1974-75, el equipo juvenil jugó, por primera y única vez en la historia del club, el Campeonato de España juvenil. Entre sus compoenentes destacaba José Antonio Casajús, que fichó poco después por el Real Zaragoza, con el que jugó en Primera División. No fue el único profesional que salió de las filas del Oliver: Seba, Rodri (en el Xerez) o Txiki (en el Racing) también vistieron de azulgrana en sus inicios.

En La Romareda

El primer equipo bajó a Segunda Regional a finales de los setenta , para ir recuperando categorías al comienzo de la siguente década. En la 1982-83, vuelve a Preferente y disputa el Campeonato de Aragón de aficionados, una de las grandes gestas del club. El Oliver llegó hasta la final que le enfrentó al Deportivo Aragón, filial zaragocista, con el que perdió la eliminatoria. En 1986 el éxito llegó por partida doble. El primer equipo logró el ansiado ascenso a Tercera División y el juvenil, a Liga Nacional.

Una década más tarde, en 1994, el club alcanza, por primera vez, el ascenso a División de Honor Juvenil. Además, el equipo Juvenil Preferente subió a Liga Nacional, completando una campaña histórica y forjando la realidad de un Oliver que se consolidó entonces como uno de los clubs más importantes para el fútbol base aragonés y principal abastecedor del Zaragoza. Como muestra, en 1996, el División de Honor juvenil terminó la Liga en tercera posición, por delante del Real Zaragoza. Además, el Primera Cadete consiguió los títulos de Liga y Copa.

Aquella temporada, el Oliver comenzó a acusar una ligera crisis económica que se fue agudizando en campañas posteriores hasta que en el 2000 y el 2001 se producen dos dimisiones de la junta directiva al completo, hasta que tomó las riendas su actual presidente, Luis Soguero, con el que el Oliver ha comenzado la recuperación económica y deportiva. El club va a celebrar sus bodas de oro disfrutando de cuatro grandes éxitos deportivos: los equipos que la temporada pasada consiguieron el ascenso a División de Honor, a Liga Nacional, a Regional Preferente y a División de Honor femenina, conquistado por el primer equipo de chicas de su historia.