La remodelación del Albacete ha sido espectacular: nada menos que doce caras nuevas en la plantilla. También ha habido cambio en el banquillo, con el debutante José González, el más joven de Primera con 37 años, a cargo de la dirección técnica. El objetivo es sobrevivir entre los mejores, y en esta ocasión --no es la primera ni la última-- el club manchego ha optado por acudir a la ventanilla de préstamos de la Liga para subsanar las notables e ilustres pérdidas que ha sufrido el equipo.

Aranda, su goleador, se marchó al Sevilla, y Pablo, uno de los centrales más prometedores del fútbol español, juega en el Atlético de Madrid. No han sido las únicas bajas de lustre. El Arsenal se llevó a su portero Almunia (en realidad del Celta), Parri volvió al Valencia para encaminarse hacia Santander y Delporte viajó hacia Pamplona, además de otras ausencias definitivas como la del inquietante Munteanu, quien ha regresado a su Rumanía natal.

Economía ajustada

La directiva que preside el empresario Angel Contreras, con un presupuesto un poco superior al del recién ascendido Getafe (14 millones de euros), se ajusta a la política más común cuando en el fondo de las arcas los euros tiene espacio de sobra para respirar: llamar de puerta en puerta para recoger los descartes de última hora. Es una costumbre que ya no sólo practican los modestos, porque la recesión económica y la sobrecarga de nóminas en las plantillas de los clubs más poderosos facilitan este modo de operar.

El conjunto manchego realizó en la pretemporada una docena de adquisiciones, de las que seis serán titulares esta tarde frente al Real Zaragoza en La Romareda. El fichaje más sonoro ha sido el del chileno de origen surafricano Mark González, pero unos problemas musculares no le han permitido coger el tono físico y permanece a la expectativa. Valbuena (Zaragoza) Momo y Rubén Castro (Deportivo) y Rubén (Real Madrid) son los cedidos que saldrán desde un inicio en un Albacete que se ha convertido en tierra de oportunidades. Jaime (exdeportivista) y Gaspar (exatlético), que se presentaron con la carta de libertad, también son fijos para su entrenador esta tarde, mientras de que las otras novedades, Ferrón (Zaragoza) --ausente en la convocatoria-- , Luismi (Espanyol), Francisco (Almería), Mingo (Betis) y Gaspercic (Alavés) esperan su oportunidad. De los clásicos se mantendrán hoy en el equipo el exzaragocista Alvaro, Peña, Redondo, Buades y su estrella, el uruguayo Pacheco.

Un equipo ofensivo

Su perfil es el de un equipo descarado, producto de la apuesta por la juventud del grupo, donde los canarios Rubén y Momo sobresalen por su velocidad y calidad, y de su entrenador, a quien le gusta dar la cara. Una media de 25 años en el once inicial describe la frescura y también la falta de experiencia para muchos de los futbolistas de González en esta categoría. En sus dos primeros encuentros, contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán (1-0) y frente el Atlético en el Carlos Belmonte (0-2) pecó precisamente de inocencia, pero dejó la marca de su atrevimiento pese a que aún no ha estrenado sus cuentas goleadora y de puntos.

José González ha establecido costumbres distintas a las de César Ferrando, su antecesor. Procedente del Cádiz, su primera decisión en la pretemporada fue llevarse a los chicos a la playa, Rota, cuando el destino, por lo general, había sido la montaña. Metódico y con la libreta siempre lista para repasar y ejecutar un rosario de jugadas de estrategia, es un enamorado del vídeo. A lo largo de la semana rara es la ocasión en la que no sienta a sus jugadores tres veces frente al televisor para conocer al rival al dedillo.

Otro detalle de este peculiar técnico es que entrena por la tarde, y lo justifica porque, según dice, el jugador vive mucho más tiempo el fútbol en ese horario. Considera que si el trabajo se ejecuta por la mañana, el profesional desconecta, y refuerza su teoría argumentando que si los partidos se celebran por la tarde hay que entrenar por la tarde. Los jugadores fruncen el ceño y aceptan a regañadientes en un equipo, un atractivo escaparete, donde muchos buscan dar el salto o reivindicarse.