El Gobierno español intenta apagar el fuego que prendió Luis Aragonés el martes pasado. No está claro que lo consiga porque la FIFA está dispuesta a sancionar con dureza a la Federación Española de Fútbol (RFEF), organizadora de los partidos amistosos de las selecciones de España e Inglaterra en las categorías absoluta y sub-21, en los que se produjeron constantes burlas e insultos racistas contra los jugadores negros de los equipos británicos. Los incidentes pueden incluso perjudicar gravemente a la candidatura de Madrid para organizar los Juegos Olímpicos del 2012.

El órgano rector del fútbol mundial no parece dispuesto a tener en cuenta la condena tajante que realizó un portavoz de La Moncloa. Después del silencio cómplice del miércoles, el día después de los incidentes en el partido de los sub-21 en Alcalá de Henares y las desorbitadas declaraciones del seleccionador español, ayer reaccionaron tanto el estamento político como el federativo.

RESPUESTA ENERGICA Lo hicieron después de conocer la enérgica respuesta que lo sucedido en el Santiago Bernabéu provocó en Inglaterra, donde el propio primer ministro, Tony Blair, se mostró "muy decepcionado", y reiteró que "el racismo no tiene cabida en el deporte ni en ningún otro ámbito". El secretario de Estado británico para Europa, Denis McShane, exigió una disculpa de la Federación Española, mientras que el secretario de Estado para el Deporte, Richard Caborn, se declaró "horrorizado" e instó a la FIFA, la UEFA y la RFEF a que tomen medidas urgentes y enérgicas.

Desde la presidencia del Gobierno español se hizo público que "los comentarios de tipo racista o xenófobo de un grupo que no representa a la afición española son intolerables en cualquier situación; no son aceptables ni en el deporte ni en ninguna circunstancia de la vida". La ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San Segundo, anunció que la Comisión Nacional Antiviolencia abordará en su próxima reunión los comportamientos y manifestaciones racistas en los partidos de fútbol. "El objetivo es reflexionar y considerar qué se puede hacer para prevenir y combatir estas actitudes", declaró la ministra.

Por su parte, el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, expresó su "absoluta repulsa" y anunció que ha dado instrucciones para que se elabore un informe urgente sobre lo ocurrido en el Bernabéu. "El CSD lamenta y rechaza el comportamiento de este sector minoritario y mantendrá su decidida lucha contra el racismo y la xenofobia", manifestó. En la misma línea se pronunciaron el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, y el presidente de Madrid 2012, Feliciano Mayoral.

La RFEF, que tras el partido había atribuido a la prensa inglesa buena parte de responsabilidad en lo ocurrido, no tuvo más remedio que condenar también las actitudes racistas con los jugadores británicos. En un comunicado, reafirman su propósito de intensificar sus contactos con las organizaciones FARE (Football Against Racism in Europe) y CECRA (Coalición Española contra el Racismo, la Xenofobia y las Discriminaciones Relacionadas).

La FIFA anunció que abrirá una investigación sobre lo ocurrido en los partidos y empezará por solicitar a la federación que manifieste su postura a fin de indagar hasta qué punto se ha cometido una violación de los estatutos y reglamentos, así como de su código ético. "El racismo y la discriminación no tienen cabida en nuestro deporte. El mundo actual está plagado de conflictos derivados del racismo y la discrimación. El fútbol posee una fuerza positiva que puede hacer frente a este mal", manifestó Joseph Blatter, presidente de la federación internacional, bajo cuya jurisdicción están ambos partidos.

CONTRA MADRID 2012 Mientras tanto, los medios informativos ingleses aprovechaban la oportunidad para hacer campaña contra las aspiraciones olímpicas de la capital de España, teniendo en cuenta que Londres es una de sus principales competidoras. "La pelea racista le puede costar a Madrid la Olimpiada", titulaba el vespertino The Evening Standard . La cadena de televisión Sky News , que durante todo el día estuvo abriendo sus informativos horarios con los incidente racistas en el Bernabéu, también considera que Madrid tendría, después de lo ocurrido, dificultades "para recibir atletas olímpicos de todas las razas y colores".