Podría ser una escena habitual de cualquier instituto norteamericano. Un chaval joven, atlético, al que llaman JJ, es la estrella del equipo de fútbol, el que corre por la banda para recibir los pases del quarterback y anotar los touchdowns, al que se rifan las universidades de todo el país porque tiene un futuro prometedor, el que figura en los primeros puestos de los rankings estatales y está nominado a los premios más importantes. No es una película, la historia es real y sucede en el instituto Dorman, en Roebruck, Carolina del Sur. El chaval se llama José Joaquín, se apellida Arcega y nació en Zaragoza hace 17 años. Este curso termina el instituto y, tras valorar hasta 19 ofertas, se ha comprometido con la universidad de Stanford para la temporada que viene porque "académicamente es de las mejores y lo más importante son los estudios, quiero ser ingeniero".

"Cuando me preguntan de dónde soy siempre digo que de Zaragoza, España, y a todo el mundo le parece muy guay", asegura el joven en perfecto castellano aunque vive en Estados Unidos desde los seis años después de haberlo hecho en la capital aragonesa y en Portugal. "Se siente español y le gustaría vivir allí algún día", corrobora su padre, Joaquín Arcega. Que no olvida sus raíces lo demuestra un detalle. Los jugadores suelen llevar un pañuelo bajo el casco y JJ se pone un cachirulo. "No estuve mucho tiempo allí, pero recuerdo muchas cosas de la ciudad, me gusta mucho", asegura.

Baloncesto y atletismo

José Joaquín Arcega-Whiteside es hijo de Joaquín Arcega y de Valorie Whiteside, que es lo mismo que decir que es hijo del baloncesto. Su padre, tercero de la saga Arcega, salió del CBZ y jugó en Bilbao, La Coruña, Lugo, Andorra, Guadalajara, Gijón y Portugal. Su madre jugó diez años en España, entre otros en el Perfumerías Avenida o el Cajalón Zaragoza, y ahora es la entrenadora del equipo del instituto de Dorman. "Cuando no estaban jugando sus partidos, siempre jugaban conmigo a baloncesto. Y mientras estaban entrenando, yo estaba por ahí dando mal con un balón. También recuerdo pasar mucho tiempo jugando en los campus de verano --en el de Tarazona que tienen los Arcega--", explica JJ.

También juega a baloncesto y también se le da bien. "Juego de base o escolta, para mí es algo natural porque es lo que siempre he visto. El baloncesto es muy divertido pero no me lo estoy tomando tan en serio porque pensaba que iba a jugar en el college, pero luego vi que el fútbol se me daba mejor y me ofrecía más oportunidades", explica Arcega-Whiteside. En Estados Unidos cada época del año tiene su deporte. Ahora que llega el frío se termina el fútbol, que se disputa al aire libre, y empieza la temporada de baloncesto. "Quiero jugar este año porque puede ser la última vez que lo haga en un equipo". JJ también hace atletismo con buenos resultados. "Fue cuarto en la final de los 100 libres", explica su padre.

Ofertas y nominaciones

Empezó a jugar a fútbol muy pronto. "Con seis o siete años, pero solo para aprender a jugar. Hasta los doce más o menos no me lo tomé en serio", explica JJ. Su progresión ha sido extraordinaria y ha sorprendido a propios y extraños hasta convertirse en una de las estrellas de los Dorman Cavaliers. "Es especial, no lo puede defender un solo rival, necesita un par. Si el balón llega a sus manos hay una buena oportunidad de que lo coja y es difícil de frenar. Es realmente un jugador increíble", dice su entrenador, David Gutshall. Sus números este año, 62 recepciones, 1.602 yardas y 18 touchdowns, le han valido para ser uno de los cinco nominados a Mr. Football, el premio que distingue al mejor jugador del Estado. "Es algo con lo que he soñado desde pequeño", dice JJ. El 13 de diciembre se conocerá a los ganadores. Esta semana ha sido nominado también a los premios Gatorade como el mejor jugador de Carolina del Sur y competirá con un representante de los otros 49 estados norteamericanos.

Michigan, Georgia, Wake Forest, Charlotte, Cincinatti, Maryland... Hasta 19 universidades norteamericanas han querido contar con él para el próximo curso. En otoño del 2015 empezará sus estudios en una de las más prestigiosas del mundo, Stanford, California. "El deporte es muy importante. En Stanford tienen 50 equipos diferentes, ¡no sabía que había tantos deportes!", bromea JJ. Acudirá becado, empieza a ser una estrella pero no piensa en el profesionalismo. "No es mi meta. Lo importante son los estudios", dice convencido otro Arcega que brilla en el deporte.