En Redondela (Pontevedra), sede de Pescanova, celebran sin duda que la compañía pesquera que da sustento económico a la zona "ha podido evitar la liquidación". Este es, al menos, el mensaje que se transmite desde el consorcio constituido por Damm y Luxempart, accionistas de la compañía cuyo plan de reestructuración --negociado en los últimos meses con la banca-- acaba de entrar en el Juzgado Mercantil número 1 de Pontevedra como propuesta de convenio de acreedores. No hay ninguna propuesta alternativa, con lo que previsiblemente permitirá levantar el concurso presentado en abril del pasado año.

¿De quién será la compañía cuando eso ocurra? Previsiblemente de la banca. El G-7 (Sabadell, Popular, CaixaBank, BBVA, NCG, Bankia y UBI Banca) propietario de la deuda financiera de Pescanova, 3.600 millones de euros, puede llegar a tener el 70% del capital del grupo cuando se haya hecho la ampliación de capital prevista en la reestructuración. El consorcio liderado por Damm poseerá un 30% aproximadamente. "Lo normal es que la banca tenga la mayoría mediante la capitalización de la deuda, la cuestión es en qué proporción participaran las entidades acreedoras", plantean fuentes financieras.

Bancos y consorcio aseguran una aportación de 150 millones de euros en capital y nueva financiación para que pueda llevarse a cabo la reestructuración. El plan propone diferentes opciones de quita --en función de si se capitaliza o no la deuda de la banca-- pero en síntesis supone que las entidades financieras aceptará una quita de dos terceras partes de la deuda, es decir, unos 2.000 millones de euros. Pescanova segregará activos y pasivos a favor de una nueva sociedad: Nueva Pescanova, que tendrá la totalidad del pasivo postconcursal.

Pescanova conservará como único activo un 4,99% de la nueva sociedad. Esta tendrá un capital de 72,2 millones de euros, de los que un 34% será suscrito por los acreedores bancarios. El consorcio suscribirá un 30% y se ofrecerá otro 30,4% a otros accionistas de Pescanova. Fuentes financieras explicaron, sin embargo, que es previsible que estos últimos no la suscriban, con lo que su participación se limitará al 4,99% que se queda la conservera.

El capital no suscrito deberá distribuirse entre los bancos y el consorcio y en función de qué parte asuma cada uno, se decantará el control societario. Se espera que sean los bancos quienes tengan mayor participación. Nueva Pescanova recibirá una financiación de 112,5 millones de euros para cubrir las necesidades del negocio.