El consejo de administración de La Caixa sentenció ayer la desaparición de la histórica caja de ahorros, fruto de la fusión de la Caja de Pensiones y La Caixa de Barcelona. La entidad aprobó ayer iniciar el proceso de transformación de la caja en fundación bancaria, una decisión que debe ratificar la asamblea general de La Caixa, máximo órgano de poder, el próximo 22 de mayo. Esta metamorfosis supone una obligación de todas las cajas de ahorros que controlan un banco, según decidió el ministerio de Economía que dirige Luis de Guindos con el ánimo de mejorar la gobernanza de estas entidades tras la debacle de las cajas de ahorros en España y el rescate del sector bancario español.

De esta manera, y dando cumplimiento a la Ley de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias del 27 de diciembre del 2013, La Caixa dejará de existir jurídicamente y se convertirá en una fundación que estará presidida por Isidre Fainé y contará con un patronato formado por 15 miembros, incluido él mismo. La fundación bancaria ejercerá directamente la actividad de Obra Social que hasta ahora llevaba a cabo la Fundación La Caixa, que se liquidará.

El texto que se aprobó permite un periodo transitorio hasta junio del 2016 durante el cual el presidente del banco podrá ser el mismo que el de la fundación, puestos que ejercerá Isidro Fainé. Criteria seguirá presidida por Fainé, mientras que Juan María Nin mantendrá la vicepresidencia. Este último es consejero delegado de CaixaBank y se queda fuera del patronato de la fundación, al que se incorporarán como pesos pesados el magnate financiero mexicano Carlos Slim; el presidente de Telefónica, César Alierta; y el exsecretario general de la OTAN y responsable de exteriores de la UE, Javier Solana.