En marzo del 2013, contaminado por la crisis griega, Chipre hizo un llamamiento internacional para evitar una quiebra vinculada al colapso de sus bancos. Se otorgó un rescate de 10.000 millones de euros a cambio de drásticas medidas de austeridad e incrementos de impuestos. El país se recupera gracias al turismo y prevé exportar gas.