"En política y amores, / hoy anda (sin andadores) / en España el diablo suelto, / y al fin logra a río revuelto / ganancia de pescadores". Es un extracto de Fiestas del Corpus en Granada, del periodista Francisco de Paula Valladar, obra en la que se conmemora la celebración en la ciudad andaluza de dicha festividad en 1886. Pero sustituyan "política y amores" por "mercados" y el "diablo" por "temor a la desaceleración" o a la "tercera recesión".

¿Qué tenemos entonces? Una buena descripción de la situación que atraviesan las bolsas estas semanas. La economía europea se frena y ante la dificultad para saber aún la gravedad de ese parón, los inversores huyen.

La semana pasada fue un buen ejemplo: la peor desde julio para el Ibex. Tal ha sido el castigo que el selectivo está a punto de entrar en pérdidas en el año, después de bajar un 10% desde los máximos de junio. Y claro, en estas situaciones, cuando los valores han bajado tanto, a algunos inversores les surge la duda: ¿Ha llegado la hora de volver a entrar en la bolsa?

Por lo visto ayer, siguen sin tenerlo claro. La sesión fue una montaña rusa de subidas y bajadas, propias de un momento en que el nerviosismo es la tónica predominante. La fría apertura de Wall Street, condicionada por la sesión festiva en EEUU, terminó de marcar el tono de la jornada y desinfló los intentos de rebote de los mercados europeos. El Ibex subió el 036%, hasta los 10.187,3 puntos, con la prima en los 119 puntos.