España se convirtió el pasado año en el segundo país del mundo en producción de vino, por detrás de Italia, al adelantar a Francia gracias a un incremento del 31 % respecto al 2012 hasta 42,7 millones de hectolitros, según la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).

El tirón de España tuvo que ver con una vendimia récord (fueron 50,6 millones de hectolitros, si se suma al vino el zumo y el mosto), que tuvo como corolario la no vinificación de un volumen nunca alcanzado de 7,9 millones de hectolitros, frente a los 56 millones habitualmente, señaló la OIV en un comunicado.

Italia se mantuvo en cabeza mundial con 44,9 millones de hectolitros y un alza del 2 %, mientras que Francia pasó a la tercera, con una progresión igualmente del 2 % a 42 millones, a mucha distancia del cuarto, Estados Unidos, con 22 millones (+7 %).

A continuación se situaron Argentina, que con un salto del 27 % llegó a 15 millones de hectolitros se colocó en un nivel "conforme a su potencial" -según la OIV-, y Chile, con una producción récord de 12,8 millones (+2 %), que pasó por delante de China: 11,7 millones, como consecuencia de un bajón del 15 %.

Por detrás venían Sudáfrica con 11 millones de hectolitros (+4 %), Alemania con 8,3 millones (-8 %), Portugal con 6,7 millones (+7 %), Rumanía 4,3 millones (+29 %) y Grecia 3,7 millones (+19 %).

La superficie de viña en el mundo se mantuvo estable en 7,436 millones de hectáreas, y lo más significativo fue que el ritmo de disminución en la Unión Europea bajó en paralelo al fin del programa comunitario de regulación de la producción.

La Unión Europea, que había visto reducir la superficie de sus viñas en 54.000 hectáreas en 2012, al año siguiente sólo experimentó un recorte de 19.000 hectáreas.