La carrera por ocupar el despacho de la secretaría general de CCOO comenzará oficialmente a mediados de este mes y no terminará hasta que el 8º Congreso Confederal del sindicato proclame a su nuevo líder, el 24 de abril. Sin embargo, el equipo del actual responsable, José María Fidalgo, asegura que parte con el 60% de los votos de los delegados sindicales.

El grupo del actual líder de CCOO, llamado internamente de la mayoría , lleva meses tratando de atraer a organizaciones que hasta no hace mucho mostraban su apoyo al exsecretario general de organización, Rodolfo Benito, que se presenta como candidato alternativo a la secretaría general de CCOO. En esa labor han destacado la secretaria general de la federación de banca, Maria Jesús Paredes, y el número dos en la sombra del sindicato, el líder del metal, Ignacio Fernández Toxo.

Según los cálculos del equipo de Fidalgo, Benito ha perdido la confianza de la mayoría de los delegados de Castilla-León, de Euskadi, de Galicia y de la federación de actividades diversas. Su representación ha caído al 50% en Castilla-La Mancha y en Aragón --donde el secretario general, Enrique Tordesillas, no se presenta a la reelección--, aunque conserva una mayoría relativa en la federación agroalimentaria.

El grueso de las fuerzas con las que cuenta Benito se concentran en Madrid, Ceuta y en la federación de Construcción, aunque también hay que sumar apoyos minoritarios en diversas organizaciones. Benito ha plantado cara a Fidalgo con un porcentaje de delegados que oscila entre el 17% y el 19% del total, cifra insuficiente para obtener la victoria.

El equipo de Fidalgo se ha propuesto acabar con el máximo baluarte de Benito, Madrid. Fernando Puig, actual secretario de Acción Sindical de CCOO, se ha presentado como candidato para gobernar el sindicato en la comunidad. De esta forma la confederal mata tres pájaros de un tiro: pone nerviosos a los seguidores del exsecretario de organización, elimina la posibilidad de que Puig pudiera ser presentado como elemento de consenso entre Fidalgo y Benito, y deja un hueco libre en la dirección del sindicato de cara a la futura ejecutiva.

EL ´SECTOR CRITICO´ El llamado sector crítico parte con un 22% de los votos, aunque en el anterior congreso logró concentrar el 31% de los sufragios. Por el momento, los críticos no se han manifestado a favor de Benito o Fidalgo, pese a que el actual líder de CCOO está dispuesto a llegar a un acuerdo con ellos si respetan su programa de acción.

Todo apunta a que hay cierta división entre los críticos. Una parte desea integrarse, con condiciones, en la ejecutiva del sindicato y abandonar la postura de eterna oposición en CCOO. Otros no conciben dar su apoyo a Fidalgo, pero tampoco se decantan por Benito. Pese a las disensiones, se perfilan como la pieza clave del próximo congreso.