La XV Fiesta de la Vendimia de la Denominación de Origen Campo de Borja fue ayer una vez más la puerta que abre la recolección de la uva en la zona, pero en un año en que las tormentas de la pasada semana han causado importantes daños, todavía sin cuantificar oficialmente, en las cosechas. Durante el acto central de la celebración de la Fiesta de la Vendimia en Ainzón, los responsables del sector, así como de las instituciones públicas asistentes: el consejero de Agricultura, Gonzalo Arguilé, y el vicepresidente de la Diputación Provincial, Martín Llanas, mostraron "su apoyo y su total compromiso" con los viticultores a la vez que destacaron la calidad de los caldos del Campo de Borja.

Tras los daños de las riadas, las previsiones se estiman en una producción que obviamente será inferior a la del 2003, cuando se logró embotellar casi 11 millones de botellas y exportar el 60% a varios países --entre los que sobresale Estados Unidos, donde el 10% del vino español que se consume es del Campo de Borja--, según destacó el presidente de la DO, Pedro Aibar.

Una apuesta por la calidad que en esta campaña se muestra con fuerza en el reconocimiento a una de las variedades más emblemáticas de la denominación, como es la garnacha. El slogan de la fiesta fue El Imperio de la Garnacha , que se produce en más de 5.000 hectáreas (de las 7.200 que integran la denominación) y con algunas viñas que se acercan a los cien años. Este es uno de los principales patrimonios que --a juicio de Pedro Aibar-- conforman el eje de "la calidad que atesoran los vinos de Campo de Borja".

Durante el acto se celebró el nombramiento de los miembros de honor del Consejo Regulador, que en esta edición recayeron en Manuel Teruel, presidente de la Cámara de Comercio;, Manuel Lombao, de TVE; Gerardo Arranz, del Ministerio de Agricultura; Juan Barbacil, dinamizador del sector, junto a una emocionada distinción a título póstumo a Teodoro Pablo, enólogo que siempre confió en el desarrollo de esta denominación.

Las últimas tormentas afectaron a unas 500 hectáreas de viñedo, lo que impedirá batir el récord de cosecha, que se estimaba en más de 31 millones de kilos de uva.