General Motors (GM) aceptó ayer pagar una multa récord de 35 millones de dólares a las autoridades estadounidenses por retrasar durante años la llamada a revisión de millones de vehículos defectuosos, una acción que, según el Departamento del Transporte, "violó la ley". El secretario de Transporte, Anthony Foxx, y el director en funciones de la Administración para la Seguridad en la Carretera (NHTSA), David Friedman, anunciaron el acuerdo durante una rueda de prensa en Washington en la que criticaron las acciones del fabricante de automóviles.

Foxx afirmó que durante años, General Motors conoció la existencia del defecto, que permite el apagado inesperado e involuntario del motor y que ha causado al menos trece muertos en Estados Unidos, pero mantuvo la información oculta. "El silencio puede matar. Lo que GM hizo fue violar la ley", dijo.