Las grandes superficies consideran que si prospera la propuesta autonómica aragonesa de un impuesto anual sobre su superficie de venta perderían competitividad frente a los otros formatos comerciales. De hecho, según fuentes de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED), consultadas ayer por este diario, en aquellas comunidades donde se aplica supone en torno a "un 20% de los beneficios".

Las mismas fuentes señalaron que de los tres formatos comerciales, pequeñas tiendas, súper y grandes superficies, "no se puede introducir una sobrecarga impositiva a uno de ellos porque les quitas condiciones de competitividad. Estamos abiertamente contra el impuesto anual", señalaron.

La propuesta se recoge en uno de los estudios sobre el sector comercial que se han elaborado a instancias del Gobierno aragonés para ser debatidos en las comisiones provinciales que deben elaborar el Plan General de Equipamientos Comerciales de Aragón que debe entrar en vigor --en sustitución del actual-- en junio del 2005. La sugerencia propone gravar la actividad de las grandes superficies con entre 12 y 15 euros anuales por metro cuadrado de venta, lo que equivaldría a que hipermercados y grandes centros comerciales abonasen una cantidad estimada en 3,3 millones de euros al año.

EJEMPLOS En estos momentos, hay tres comunidades que han regulado la aplicación de este impuesto, aunque el Gobierno central ha recurrido ante los tribunales el mismo. Pese a todo, mientras se dirime el litigio, el Constitucional denegó la suspensión cautelar que demandaba el Ejecutivo, por lo que la recaudación se aplica en Cataluña y Asturias. Navarra, que también legisló al respecto no ha desarrollado el reglamento todavía. En Cataluña el impuesto supone una racaudación que la Generalitat cifra en unos 21 millones de euros, mientras las grandes superficies estiman el coste en unos 30 millones.

El planteamiento del nuevo impuesto va parejo en las sugerencias de debate del nuevo plan de equipamientos con la propuesta de levantar la actual moratoria para la instalación de este tipo de establecimientos que superan los 2.000 metros cuadrados de superficie de venta. Una decisión que se tomó en su día para defender al pequeño comercio de la invasión de grandes superficies que se produjo en la comarca de Zaragoza en la última década.

La moratoria ha provocado, por otra parte, el aumento de las medianas superficies no afectadas por ella, lo que se conoce como supermercados que, según distintas fuentes, han arañado cuota de mercado tanto al pequeño comercio como a las grandes superficies, especialmente en alimentación.

Los sindicatos consultados son partidarios de estudiar el asunto detenidamente "por sus posibles repercusiones".