Muchos niños españoles que han ido a estudiar una temporada a Estados Unidos relatan al volver que se sorprendieron al descubrir que, al inicio de las clases, todos los alumnos se ponían en pie y recitaban con la mano en el pecho el Juramento de Lealtad. Reza así: "Juro lealtad a la bandera de los Estados Unidos de América, y a la República que representa, una nación bajo dios, indivisible, con libertad y justicia para todos". El Banco Mundial aseguraba hace unos días que la economía china superará a la estadounidense como la mayor del mundo a finales de año, cuando las actuales previsiones lo esperaban para el 2019 y Goldman Sachs lo preveía hace una década para el 2040. Será así, pero los inversores, sean o no de EEUU, siguen prestando su juramento a la bandera de las barras y las estrellas.

Los mercados de todo el mundo bailan al compás que marca Wall Street. Su buen cierre del viernes empujó a la bolsa china y a las europeas a abrir ayer con alzas. Y su buen arranque, con el Dow Jones superando los máximos históricos con que acabó la semana pasada, apuntaló la jornada compradora. Los inversores hicieron oídos sordos al resultado del referéndum del domingo en las regiones separatistas de Ucrania, que por lo demás ya daban por descontado. A la espera de los siguientes pasos que den Rusia y las potencias occidentales, el Ibex 35 subió el 0,76%, a los 10.567 puntos, y la prima de riesgo cayó a los 147 puntos básicos.