A este congreso le pusieron el lema de Unión, trabajo y solidaridad, pero realmente es el de la liberación. UGT Aragón cierra, por fin, su etapa más gris. El sindicato ha sido adormilado por una ejecutiva profesionalizada, atrapada por el poder que no ha sido capaz de reaccionar a ningún estímulo. Por eso había que liberarse de esa dirección acomodada para poder iniciar otro tiempo, difícil pero útil. Para eso no hace falta más que los dineros de los afiliados, que son muchos, el compromiso de los liberados y una gran dosis de conexión con la realidad. Suerte.