A pesar de las historias desagradables que apuntan a que una buena parte del ahorro de los españoles se ha convertido en una pesadilla para ellos, como se resume en casos tan sonados como las participaciones preferentes, lo cierto es que la mayoría de los ciudadanos no han confiado en su entidad financiera más allá de los simples depósitos a plazo. Ahorro conservador bien retribuido en plena crisis del sector bancario. Pero es excesivamente conservador en estos momentos en el que las rentabilidades están en niveles mínimos. Entre el 4% que se ofrecía durante la crisis y el 1% con que se pueden retribuir de media estos productos ahora se ha producido un salto cualitativo que pone de manifiesto que encontrar acomodo para los ahorros no es cosa simple e implica riesgos.

"El vehículo de inversión por antonomasia han sido los depósitos en estos años de crisis", afirma David Cano, economista y socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI), que junto con Emilio Ontiveros, ha escrito el libro El ahorrador inteligente, un manual para entender los productos financieros que se ofrecen en el mercado, cuyo objetivo es tener referencias claras. "Debemos evitar la ley del péndulo en la que después de que los inversores hayan perdido dinero invirtiendo en preferentes o en activos financieros que no eran adecuados a su perfil de riesgo, ahora quiera invertir solo en depósitos o, lo que es peor, coger el dinero y meterlo debajo del colchón", cuenta.

Uno de los aspectos que se plantea este trabajo es generar la educación financiera y el asesoramiento independiente propios de una sociedad avanzada y con cierta cultura de inversión. Algo, que en todo caso, ocurrirá si se han aprendido las lecciones de esta crisis que aún está por superarse.

Enseñanzas de la crisis

"Hemos aprendido que los riesgos existen", explica Cano. Se trata de riesgos que no solo tienen que ver con la pérdida del capital, también con la liquidez. "Hay una tipología de activos de renta fija que pueden ser más arriesgado de lo que se suele pensar", advierte el coautor del libro. Y parte de ese riesgo está asociado a la falta de liquidez.

Recuerda Cano que esta crisis ha ayudado a comprender algunos conceptos importantes en las inversión: "corralito" es uno de ellos. Y que con un activo inmobiliario también es posible perder dinero.