Si la FIMA sigue creciendo en un futuro como lo ha hecho en sus últimas ediciones, las instalaciones de la Feria de Zaragoza empezarán a quedarse pequeñas más pronto que tarde. Este año, los 1.572 expositores han llenado casi por completo los once pabellones, alcanzando una superficie récord de 161.000 metros cuadrados, el 8% más que en el 2016. Así, no es de extrañar que ya haya voces que apuesten por una ampliación del recinto ferial. «En la próxima edición del 2020 no vamos a poder comercializar mucha más superficie; habrá que decirle a alguien del Gobierno de Aragón que piense en construir algún pabellón más», subrayó ayer el presidente del comité organizador de FIMA 2018, Jaime Hernani.

Con todo, en el seno de la Feria de Zaragoza consideran que aún no ha llegado el momento de plantearse ese escenario. «Para la siguiente edición no tendríamos problemas en ese sentido porque aún tenemos margen de crecimiento; sobre todo en el exterior, pero también nos queda algo de espacio dentro de los pabellones», indicó ayer a este diario el director general de la Feria de Zaragoza, Rogelio Cuairán.

Así, los responsables de la institución ferial apuestan por centrar sus esfuerzos en potenciar los salones que ya tienen en cartera y en incorporar otros nuevos. No en vano, el propio Cuairán ya reconoció el año pasado en una entrevista a este diario que el proyecto de ampliación estaba «aparcado».

En este sentido, hay que recordar que la Feria de Zaragoza quiso acometer en su día este proyecto, pero los envites de la crisis lo dejaron en stand by. En este contexto, que obligó a la feria a acometer una reconversión de su estructura, se inscribe el cambio de accionariado de la institución, que desde el 2015 tiene como socio mayoritario al Gobierno de Aragón (casi el 63%), junto al Ayuntamiento de Zaragoza (12,18%), la Cámara de Comercio (el 11,05%), la Diputación provincial (10,49%) e Ibercaja (3,28%).

SUPERÁVIT EN EL 2016 / La situación, no obstante, ha cambiado en los últimos años y ya en el 2016 la feria arrojó números negros y registró un superávit de 2,5 millones de euros. De hecho, el año pasado retomó el pulso inversor con un plan de mejora de las instalaciones al que va a dedicar un millón de euros. Entre otras cosas, la institución ferial va a cambiar en un plazo de dos años las cubiertas de los pabellones con el objetivo de impermeabilizarlas totalmente. El año pasado ya se acometió la reforma de un tercio de las cubiertas.