El crecimiento económico y la mejora de empleo se va reflejando gradualmente en el nivel de bienestar en los aragoneses y por primera vez en los últimos años la renta de las familias aragonesas ha alcanzado niveles precrisis al situarse en 33.248 euros (33.237 euros en 2008). Sin embargo la media de España (31.956 euros) no alcanza todavía ese nivel (32.807 euros).

El incremento de la renta familiar ha venido acompañado por una disminución de las personas que viven en hogares con baja intensidad de trabajo (1,7 puntos menos que en el 2016) y de los hogares con dificultad de llegar a fin de mes (1,3 puntos menos que en el 2016). Así, la tasa de riesgo de pobreza en Aragón ha caído con fuerza el último año (10,2%) y se sitúa muy por debajo de la del 2008 (12,1%) y aún más de la media nacional que se encuentra en el 19,7% siendo la tercera comunidad con menor riesgo de pobreza tras Navarra y País Vasco.

Sin embargo, la desigualdad en Aragón continúa reduciéndose mucho más que en España, 28,8 en el Índice de Gini frente al 34,1 pero todavía está lejos de los niveles del 2008 que se encontraban en el 27,4%.

También ha contribuido al bienestar de los aragoneses que el presupuesto destinado a políticas sociales ha continuado creciendo durante el último año aproximándose a las cantidades consignadas antes del inicio de la crisis. En concreto, el Gobierno destinó a sanidad, educación y seguridad y protección social, por cada ciudadano, 2.551 euros, solo 40 euros menos que en el 2008 según cálculos del CESA.

Además, la tasa de abandono escolar entre los jóvenes aragoneses sigue disminuyendo, 2,7 puntos respecto del 2016, y se sitúa en el 16,4%, muy próxima al objetivo del 15% fijado por la UE. También el porcentaje de estos jóvenes que no estudian ni trabajan ha bajado por cuarto año consecutivo. Con todo, son todavía un 12,5% los jóvenes aragonses, con edades entre los 15 y 29 años que se mantiene fuera del mercado laboral y sin realizar ningún tipo de estudio.

Si miramos la cifra de aragoneses que se benefician del sistema de dependencia ha aumentado en más de 8.500, alcanzando en el 2017, los 25.167 beneficiarios.

En cuanto al tipo de prestaciones predominan las de servicios siendo 6 de cada 10.