Irlanda, España y desde ayer Portugal han dejado atrás unos duros rescates a su economía o a la banca que, junto al de Chipre y al gran interrogante que aún representa Grecia, han generado una factura de unos 463.000 millones de euros, casi la mitad del PIB español. La intervención de la troika en esos cuatro países sale por ahora diez veces más cara que los Juegos Olímpicos más caros de la historia: los de Sochi, en los que Rusia se gastó casi 40.000 millones de euros. Irlanda, salió en diciembre pasado y tras tres años de un programa de rescate con una factura de 85.000 millones de euros, mientras que España abandonó en enero pasado la asistencia a su sector financiero tras recibir 41.300 millones de euros.