LOS 2.000 TRABAJADORES de dos fábricas de Siemens en Alemania lograron ayer salvar sus empleos a costa de aceptar la ampliación de su jornada hasta las 40 horas semanales sin recibir compensaciones a cambio. Siemens había anunciado que si la plantilla no aceptaba sus condiciones, trasladaría sus fábricas a Hungría, donde la mano de obra es mucho más barata. Estas medidas permitirán a Siemens un ahorro de un 30% en costes laborales. EP