Las altas temperaturas de los últimos días provocaron que el pasado sábado Zaragoza alcanzase unos altos índices de concentración de polen (230 granos por metro cúbico de aire) que, sin embargo, no han sido alarmantes. Aunque ésta no es época de niveles altos, el Colegio Farmacéutico de Zaragoza mide semanalmente los parámetros, que detectaron un descenso de la concentración los días 11 y 12, con 43 y 50 gramos respectivamente. La concejala de Medio Ambiente, Lola Campos, dijo ayer que la humedad y la temperatura son factores fundamentales, y que las últimas lluvias habrían despejado dicha concentración. El calor que se ha vivido la última semana en la capital supone una media de siete grados por encima de lo habitual por estas fechas. Unas temperaturas que también han influido en el ciclo natural de plantas y árboles, aunque habrá que esperar para comprobar si han sido suficientes los días de calor para un auténtico cambio natural. Por otro lado, las altas temperaturas también pueden pasar factura al Pirineo. Los glaciares, por ejemplo, podrían sufrir consecuencias terribles si no nieva. Además, son necesarias bajas temperaturas, además de agua, para que las pistas de esquí puedan contar con la nieve artificial de los cañones distribuidos por las estaciones.