El debate a cinco habrá de ser a cuatro. porque la Junta Electoral Central (JEC) aceptó un recurso de los nacionalistas periféricos y decretó que Vox no es «grupo político significativo». De esta forma, Abascal gana el partido sin jugarlo: puede presentarse como víctima, argumentar que a él le callan para dar cancha a los secesionsitas y «golpistas»... y encima evita verse envuelto en un debate que podía poner al descubierto sus carencias y la de la formación que preside. Al tiempo, Sánchez queda en evidencia por no haber querido ir a TVE, y de propina la extrema derecha se hartó de trolear que el presidente del Gobierno ha sido el culpable de la exclusión de Vox. Cuando es todo lo contrario. Perfecta consecuencia de la atmósfera de irracionalidad y descoloque que reina en España desde hace meses.

¿Derecho a la información?

En cada telediario de TVE (también en los de ayer, por supuesto) se recuerda que los periodistas de aquella casa no están de acuerdo con la normativa que les exige someterse a unas estrictas cuotas proporcionales cuando informan en campaña de la actividad de cada partido. De hecho, la referencia insoslayable es... la de las anteriores elecciones, lo cual difícilmente puede encajar con la actualidad. Pero lo increíble es que ese mismo criterio, en su lectura más restrictiva, se aplique a una televisión privada. Será conforme a la norma, o no. Pero es una vulneración clamorosa del derecho a la información.

Por otro lado, esa postura de la JEC no es idéntica a la aplicada, por ejemplo, cuando sí permitió el debate a cuatro incluyendo a Podemos y Cs, que no eran aún «significativos». Paradójicamente, a Vox, lo que ha sucedido le interesa, por más que ayer, en caliente, sus portavoces anduvieran rasgándose las vestiduras. El partido ha enfocado la campaña al margen de los medios, sus candidatos se están negando en diversas circunscripciones a conceder entrevistas si no se ajustan a un cuestionario que les ha de ser entregado previamente. En comunicación, el ecosistema preferido de los pupilos españoles del trumpista Bannon son las redes y los grupos de Wahtsapp, donde lanzan los mensajes más delirantes sin que, por cierto, la JEC tenga nada que decir ni objetar.

Todo está muy raro

Como todo está rarísimo, la misma Junta Electoral ha admitido actos de Esquerra y JxCat en las cárceles donde estuvieron internados Junqueras y los demás, actuales candidatos cuya elección parece cosa hecha. Y cabe preguntarse, qué sentido tiene todo ello, empezando por el hecho de que dichas personas sigan todavía en prisión preventiva mientras conservan intacto su derecho a ocupar cargos públicos.

La confusión alberga todos los excesos y todas las disonancias. Casado y Rivera se permiten llamar a Sánchez cualquier cosa y acusarle de patrocinar el golpismo.

El jefe del PP anda despendolado perdido. Por la mañana se ofreció a Francia (como futuro presidente del Gobierno de España) para participar en la reconstrucción de Notre Dame. Luego aseguró que incrementará las pensiones (hasta un 15%) a quienes hayan engendrado hijos durante su vida laboral. Por la noche, sabiendo quizás que no habrá de vérselas con Abascal en la tele, propuso ayudas a las escuelas taurinas y definir como delito de odio los peores ataques verbales a la tauromaquia.

Mientras, Cs hizo público su programa sin mayores novedades y con el 155 por bandera. E Iglesias se sumó al ¡Viva España!... la España de la ciudadanía y los derechos, por supuesto.