La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el pasado jueves la «emergencia internacional» por el brote del coronavirus en China. El constante aumento de contagios en países de todo el mundo llevó a la máxima autoridad a elevar la alerta sanitaria mundial a su nivel máximo para hacer frente a este brote que constituye una amenaza para la salud.

Se trata de la sexta vez en su historia que el organismo internacional declara la emergencia sanitaria de carácter internacional. «Nuestra mayor preocupación es la posibilidad de que el virus se propague a países con sistemas de salud más débiles», explicó Tedros Adhanom, director de la OMS.

De hecho, el organismo no ha impuesto restricciones a los viajes o el comercio con China, aunque algunos países y aerolíneas han decidido cerrar sus fronteras y suspender sus vuelos con el país asiático para frenar la propagación del virus.

La alerta sanitaria de la OMS busca un mayor apoyo a los países menos desarrollados y con sistemas de salud insuficientes para detener posibles casos. También es una llamada a que la comunidad internacional acelere la investigación en tratamientos y vacunas.

De acuerdo con la OMS, se trata de una pandemia porque el virus es nuevo y se propaga por el mundo sin que las personas tengan inmunidad contra él. Sin embargo, la mortalidad está relacionada por el momento con grupos de riesgo, como los ancianos o personas con problemas de salud.

El virus es muy contagioso y, aunque es menos peligroso que el del Síntoma respiratorio agudo y severo (SARS) que acabó con la vida de 774 personas en el 2003, se extiende con gran rapidez. Por sus características, el coronavirus es una neumonía, pero por su rapidez para propagarse (su virulencia), es más similar al ébola o incluso al VIH.