La escritora y periodista aragonesa Marta Quintín (Zaragoza, 1989) recoge este viernes el Premio Valencia Nova por la obra La tortuga que huía del jaguar (Editorial Versátil), es decir, recibe un nuevo impulso a una carrera literaria en la que lucen otras dos obras anteriores; Dime una palabra y El color de la luz. El premio lo otorga la Institució Alfons el Mangànim (IAM) de la Diputación de Valencia y se entrega en el incomparable marco del Centre del Carme de Cultura Contemporània (CCCC), que está ubicado en el antiguo convento del Carmen de la capital valenciana.

Para la escritora zaragozana se trata de la siguiente parada de un viaje que comenzó en el 2014, cuando en una playa de Costa Rica escuchó a unos niños clamar a voz en grito que un jaguar había matado a una tortuga. La fuerza de aquella imagen disparó un resorte en su cabeza. El resultado es un relato recreado en el Caribe que tiene como protagonista a Marilia, que inopinadamente da un giro a su vida a raíz de la muerte de un tortuga, emprendiendo algo más que un viaje a su localidad natal lleno de peripecias. También lo hace a su interior.

Por el escenario y por su desarrollo, en el relato es imposible no percibir el aroma de realismo mágico que García Márquez dejó en la atmósfera de la literatura universal (Macondo será para siempre la capital del mundo verdadero), y a la vez la sensibilidad y determinación, moralejas incluidas, de una fábula de Esopo. Todo ello, aderezado con saltos metafóricos, intriga, mucho intimismo y un paseo por la mitología griega. Spoilers al margen, crucen todas esas coordenadas y sabrán por qué Marta Quintín Maza ha vuelto a llevar a las librerías un regalo para la razón, la imaginación y el corazón.

"La verdad es que se trata de un libro al que yo misma no le veía mucha salida comercial. No se trata de un texto que pudiera ser considerado convencional. Por eso decidí antes de nada presentarlo a unos premios como son los de la Diputación de Valencia. Había un apartado para menores de 35 años y allí me lancé". El resto, más o menos es sabido, ya que la aragonesa ganó en su categoría y este viernes recoge el galardón.

Lo siguiente será saber hasta qué punto el libro tiene o no una salida comercial pese a la desconfianza inicial de su autora. "Quizá es que tuve una paranoia. En realidad nunca se sabe qué tipo de literatura va a funcionar en cada momento. Por ahora, es cierto que la gente que ya lo ha leído o lo está leyendo me ha felicitado. Dicen que está muy trabajado y que a la vez tiene mucho movimiento. Yo, claro, qué voy a decir, estoy muy satisfecha con lo que he escrito y encantada con las críticas que estoy recibiendo".

Marta es colaboradora de este diario y firma una columna en la sección Más Voces de la página web. El epígrafe de la misma es Cuentos pendientes. Título perfecto para la carrera de una creadora metódica y exigente consigo misma que siempre cree tener pendiente escribir algo que supere a lo anterior. Por talento no será.