Cuando a un niño se le pregunta qué quiere ser de mayor, responde que astronauta, médico, futbolista, profesora, cantante... cuando la respuesta debería ser feliz. Anna Morató da las claves para ello en la segunda parte de De mayor quiero ser... feliz, publicado por Beascoa, que incluye seis cuentos cortos para potenciar la positividad y la autoestima.

Para la autora, lo primero es definir cual es el concepto de felicidad, que no es «el estar contento todo el rato ni conseguir todos sus objetivos; no es tener el trabajo ideal, el coche ideal o la pareja ideal» si no que es, como explica en el prólogo, «el tomar una serie de decisiones a lo largo de la vida, cuando las cosas van bien, disfrutarlas y cuando no van bien, saber afrontarlas con cierto optimismo, confianza, con empatía respecto a los demas o estando agradecido con lo que uno tiene». Esos seis valores son los que va tratando en los cuentos y que «incorporando esa idea en el día a día, hace que te sientas bien contigo mismo».

El tesoro más preciado gira en torno a la confianza con uno mismo y a no dejar que nos afecte cuando nos dicen que no podemos hacer algo o que algo de nosotros no les gusta; El misterio del vaso (juega con la idea del vaso medio lleno y medio vacío) trata del lenguaje positivo; Un mundo mejor es un cuanto sobre la empatía; El cuento del corazón, sobre el agradecimiento; El juego de los mapas, sobre cómo gestionar la frustración; y Espejo, espejito invita a quererse uno mismo.

A Anna Morató sus padres le inculcaron «unos valores y una buena base de confianza» por eso para ella era importante transmitirle esa idea a sus hijos (ahora tienen 4, 5 y 7 años). Por eso les contaba pequeños cuentos «tras el ritual del baño o por qué había que irse del parque... y descubrí que todo lo visual lo entendían muy bien», así que «en lugar de sermonearles» se decidió a construir cuentos.

El siguiente paso fue contarlos en el colegio de sus hijos en Las Palmas, donde residía (ahora lo hace en Zaragoza) y «viendo el interés de los niños, pensé en publicarlos». Tras contactar con varias editoriales, apostó por la autoedición.

De ese primer De mayor quiero ser... feliz se han vendido más de 40.000 ejemplares; de ahí que haya una segunda parte, ahora ya con la editorial Beascoa detrás. Las ilustraciones las firma en los dos textos, Eva Ramí, profesora casualmente en aquel colegio de Las Palmas.

Anna Morató estudió Administración y Dirección de Empresas pero reconoce que «educar es la empresa más complicada» porque «no hay cursillos ni periodo en prácticas».

Pero sí que considera que se puede enseñar a ser feliz, porque «hay una parte innata en nosotros, y eso se ve cuando tienes varios hijos» pero después hay «una serie de hábitos y, también está el empoderamiento, que ellos sean conscientes de que deciden cosas, la alternativa está en sus manos». También importa lo que vean en los seres que les rodean porque «si ellos nos ven cómo reaccionamos, como gestionamos las emociones o si somos positivos, ellos imitan».

A sus hijos les ha hecho «mucha ilusión leer el segundo libro» porque ven elproceso «y les voy testando cosas». Se los saben de memoria pero aún así «piden que se los cuente».

La autora tiene ya preparado su nuevo libro, que saldrá en mayo, Hoy voy a tener un buen día, que recopila 12 frases positivas. Lo autopublicó en inglés en el mercado americano hace ya cinco o seis años pero «ahora se ha adaptado a la edad de este libro, para niños de 4 a 8 ó 9 años, con ilustraciones de niños mayores». Además ha incluido herramientas que ella ha utilizado con sus hijos y que no aparecían en la primera edición. Pero seguro que aparecen lo que ella llama superpalabras, como son amable, honesto y respetuoso.