Los trabajos de recuperación de las pinturas ocultas de la ermita de Rasal (Huesca) han revelado un importante hallazgo para la pintura medieval aragonesa. Bajo el encalado se ha descubierto una Trinidad presentada como Trono de Gracia inscrita dentro de una mandorla y rodeada aparentemente de las cuatro figuras de los evangelistas (tetramorfos). Se trata de la primera vez que aparece esta iconografía en una pintura mural medieval en Aragón, ya que los ejemplos conocidos hasta ahora eran de pinturas sobre tabla o de pinturas murales pero de época posterior.

El descubrimiento lo han realizado los alumnos de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón durante los trabajos de recuperación de las pinturas ocultas que están llevando a cabo este verano. La campaña está financiada por la DGA y la Asociación Amigos del Románico.

UN LEÓN ALADO El desprendimiento de algunos fragmentos del encalado permitió identificar un león alado como símbolo del evangelista San Marcos dentro del tetramorfos, lo que hacía sospechar la existencia de un pantocrator. En su lugar lo que se ha descubierto es una Trinidad en la que aparece Dios padre entronizado sujetando a Jesús crucificado. Junto a ellos se presume la presencia de la paloma del Espíritu Santo.

Las catas realizadas indican además que las pinturas, realizadas al temple, se prolongan hasta el pavimento por lo que ocuparían todo el ábside de la ermita de San Juan Bautista. Realizado el hallazgo, los alumnos han realizado trabajos de fijación y consolidación de urgencia de las pinturas para garantizar su conservación preventiva a la espera de su restauración.

Las pinturas con la Trinidad no son el único hallazgo que se ha producido durante la intervención de este verano. También se han descubierto cinco lipsanotecas en el interior del altar de piedra de la ermita. Se trata de unas pequeñas cajas de madera que suelen depositarse en el momento de la consagración de la iglesia y en cuyo interior solía guardarse una reliquia junto a un pergamino con datos sobre quién había consagrado el templo o a qué santo estaba dedicada la advocación.

La aparición de tantas lipsanotecas es algo poco frecuente y puede deberse a que hubiera sucesivas consagraciones de la ermita, a que pertenecieran a distintos altares consagrados dentro la misma o incluso a que se trasladaran hasta Rasal desde otros edificios religiosos del entorno abandonados.

Las cinco cajas se encuentran actualmente depositadas en el Museo de Huesca para completar su estudio. Una de ellas tiene especial relevancia porque conserva visible la inscripción exterior. Otra de ellas, con forma de naveta, tiene restos de tejido atrapados por la tapa. Ese tejido podría corresponder al lino utilizado para envolver las reliquias.

La intervención en la ermita de Rasal la han llevado a cabo una decena de alumnos y profesores de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, ubicada en Huesca, con la asistencia técnica de los especialistas de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón. Para llevarla a cabo primero fue necesario desmontar el retablo de la ermita, que ha sido trasladado a la iglesia parroquial de Rasal. También se desmontó el armario situado en la parte derecha del altar y un añadido de obra que había en la parte izquierda.