Es su proyecto más personal y el que más lejos va a llegar. Cansado de buscarle salida en las editoriales españolas, Ignacio Ochoa se enteró de que una francesa estaba buscando nuevas ideas y no lo dudó. Les mandó el proyecto con bocetos y un par de ilustraciones terminadas. "Llevaba dos años moviéndolo por editoriales españolas, y solo encontré buenas palabras. A los franceses les gustó muchísimo y, a las pocas semanas, ya habíamos llegado a un acuerdo y firmado el contrato". El resultado es Le bathyscaphe (Les Éditions Éveil et Découvertes), un cuento infantil ilustrado que lleva medio año en el mercado francés.

Le bathyscaphe "es un libro que trata sobre la agorafobia, aunque de una manera bastante sutil", explica Ochoa: "Es un niño que vive en un batiscafo en el mar, y que no se atreve a salir fuera de él, porque le da miedo, no sabe cómo es ese mundo, lo ve a través del periscopio. Entonces un día ve una niña en la playa y parece que se enamora, la va viendo todos los días hasta que un día desaparece y decide salir a buscarla". De repente, "el mundo le deja de ser hostil", razona Ochoa, que asegura que en Francia se arriesga más. "En España, el cuento gustaba muchísimo, pero en Francia arriesgan más, porque ven un beneficio más allá de la propia edición, no como aquí. Saben que quien se queda los derechos de la obra, luego tiene la oportunidad de exportarlos".

Sobre si el cómic aragonés está pasando uno de sus mejores momentos, Ochoa lo tiene claro: "En Aragón, siempre ha habido muy buenos ilustradores y dibujantes. Este es el mejor momento porque las circunstancias lo permiten ya que los ilustradores nos vemos obligados a salir fuera, y gracias a internet tú puedes mostrar tu trabajo a todo el mundo, pero siempre ha habido mucha calidad en Aragón. Ahora se está potenciando gracias a que editores extranjeros vienen mucho a España para ver qué se hace aquí. Saben que Aragón es un sitio donde hay bastante calidad, porque aquí cuesta mucho salir adelante y solo salen los que llaman la atención, los buenos".

En cuanto a su futuro en el mercado francés, el ilustrador aragonés es bastante cauto: "En principio, tengo más proyectos que se los ofreceré a ellos primero y, dependiendo de lo contentos que estén, quizá me sigan publicando, pero eso nunca se sabe". El secreto es no parar. Ochoa ya tiene dos proyectos de cuento infantil que tratará de "vender fuera" y otro dos "destinados a alguna editorial aragonesa porque uno sucede en el Pirineo aragonés. Quiero que el mundo conozca mi tierra". .