LUGAR Y AÑO DE NACIMIENTO MADRID, 1958

PROFESION DIRECTOR DE LA EDITORIAL ´OCHO Y MEDIO´ (ANTES ´ALPHAVILLE´), UNA COLECCION DE GUIONES CINEMATOGRAFICOS, ASI COMO DE OTRAS SERIES DE LIBROS RELACIONADOS CON EL CINE

--¿Qué impresión ha sacado del Festival de Cine de Tarazona?

--En principio venía por solidaridad. Cuando nace un festival sabes que lo tiene todo en contra, porque la gente o las instituciones hasta que no ven los resultados no se implican. Lo que hemos hecho ha sido ayudar a los organizadores en algún contacto. Pero he visto que tienen una selección espléndida en el concurso de cortometrajes. Y lo primero que me ha impresionado es la ciudad.

--¿Cómo ha visto la ciudad?

--Fue bajarte del coche y ver ese panel en el que está el estilo de Cuenca, de Toledo, de las viejas ciudades italianas... Para mí Tarazona era una gran desconocida. He visto el museo de la judería y el teatro, que es precioso para esta exhibición, con unas proporciones estupendas...

--¿Leer guiones enseña a ver el cine?

--Creo que enseña a ver el cine de una forma más reposada. Los diálogos de Woody Allen en la cinta muchas veces te los pierdes. Ves que son muy inteligentes, pero no te dan tiempo de reaccionar. El libro lo lees al ritmo que tú quieres y puedes repetir las secuencias.

--¿Cómo sentar a leer un guión a espectadores pasados de vueltas, que exigen cada vez más velocidad a las imágenes?

--Bueno. Hay gente que cree que el guión no es nada en sí, que es un instrumento de trabajo y ya está. Pero hay otra corriente que cree que el guión en sí mismo es un género literario. Yo lo creo así. Igual que a Shakespeare no necesariamente tienes que verlo representado. La mayoría del teatro se lee.

--Al contrario que el cine

--Esa es la gran ventaja. Editamos los guiones después del estreno de la película. Yo aconsejo verla antes. El guión no es exactamente la transcripción de la cinta. Es lo que se escribe antes de empezar el rodaje y puede contener escenas que luego no se han rodado. Pero exige un poco de imaginación. Al contrario que el teatro, cuyo lenguaje es un poco más literario, para el cine no se escribe nunca algo así como: "entra sonriente por la puerta", sino simplemente "entra". Lo demás ya lo ponen el actor y el director.

--¿Por qué ha apostado usted por el cine español?

--Es el que tenemos más cerca. La idea era poner en valor la labor del guionista. Hay mucho trabajo detrás. A mí me sigue dando pena cuando me cuentan el proyecto para una película y tres años después se estrena por fin y sabes que está abocada a durar una semana en cartel.

--Dicen que llegamos a la tele sin apenas tocar los libros, y al ordenador sin conocer bien el cine

--Quizá somos una sociedad de nuevos ricos. Hemos tenido que hacer en 20 años lo que en otros sitios ha durado siglos. Lo que creo que está en crisis no es el cine, sino la forma de verlo. Pero se ve más cine que nunca.