Los interesados en disponer de noticia reciente de los fundamentos teóricos que sustentan las conferencias de José María Aznar en la Universidad de Georgetown tienen ocasión de ponerse al día con la lectura de El islamismo contra el islam (Ediciones B) de Gustavo de Arístegui, parlamentario del Partido Popular e integrante del think tank de la derecha española. Acaso el trabajo de Arístegui no deba considerarse un texto de partido, pero es sin duda bastante más que un simple compendio divulgativo.

Algunas ausencias, --Edward Said, Henry Laurens, Albert M. Hourani-- en la, por lo demás, extensa bibliografía y algunas afirmaciones: "El terrorismo nunca ha necesitado ningún tipo de excusa" realzan el punto de partida y los objetivos del libro. Algunos análisis del mundo islámico subrayan en qué terreno de juego se mueve el autor.

Entre los más llamativos se cuenta considerar juicios subjetivos los factores políticos que alientan la sensación colectiva de agravio en el mundo árabe-musulmán: las dos guerras del Golfo, la crisis árabe-israelí y la permisividad con Israel para que disponga de armas no convencionales.

En cambio, los efectos devastadores del colonialismo que siguió al hundimiento del Imperio otomano, la descolonización y la perpetuación en el poder de las élites árabes derrotadas en la guerra de los Seis Días se presentan como lo que son: ingredientes básicos en el descoyuntamiento de Oriente Próximo. Lo cual equilibra otras opiniones más arriesgadas, aunque muy en boga desde fecha reciente.

De todas ellas, la referida al síndrome andalusí es la que más puede mover a controversia. El autor se refiere al sentimiento de pérdida, de final de una presunta edad de oro que anida en el imaginario colectivo musulmán, se remonta a los almorávides y a los almohades como "antecesores del islamismo radical" y asegura: "Para muchos musulmanes, España fue parte de la umma (comunidad de creyentes) y debe volver a su seno". Aznar comparte la apreciación. De ahí sus delirantes afirmaciones en sus comparecencias en Georgetown.