Fernando Lalana debería estar ahora viajando de ciudad en ciudad, de colegio en colegio, para impartir esas charlas que a él tanto le gustan y uno de cuyos objetivos es incentivar la afición a la lectura en los chavales. Pero hoy que se celebra el Día del Libro Infantil y Juvenil, el ganador del Premio Cervantes Chico en 2010 y uno de los autores de novela juvenil más leídos y reconocidos del país, está, como todo el mundo, confinado en su casa por la crisis del coronavirus. Una situación que lamenta por una parte, pero que aprovecha para lo que él considera la única ventaja de este encierro obligatorio, la posibilidad que da de poder leer y, en su caso, escribir.

«La verdad es que estoy acostumbrado a trabajar en casa, lo malo es que no tengo la opción de salir a despejarme -dice el escritor zaragozano-. El encierro, lo que ha hecho es que empiece a escribir antes de temporada, pues normalmente lo hago cuando ya ha acabado el curso, ya he terminado mis charlas por los colegios y también han pasado ya los meses de abril a junio en los que hay numerosas ferias y acontecimientos relacionados con el libro».

De ahí que el autor, desde su clausura, anime a todos a aprovechar también el tiempo, y en un día como hoy, especialmente a los niños y a los jóvenes: «Poder leer es la única ventaja del confinamiento; es momento de releer cosas que te han gustado o leer aquello que dejaste pendiente, pero sobre todo haría un llamamiento a los chavales y a sus padres para que los chicos dejasen de ver la tele o el móvil y cogiesen un libro algún rato, que seguro que no les vendrá mal», señala.

POR ETAPAS / De todas las formas, insiste en que echa de menos poder dar las charlas en los colegios e institutos, «que es algo que me gusta de verdad», sobre todo por la vertiente didáctica que estas tienen y su función como motores del fomento a la lectura. «En realidad, los chavales de primaria leen lo suficiente como para poder llegar a descubrir el mundo de la lectura, pero el problema es que en la adolescencia se descuelgan y ahí es donde tenemos que hacer más esfuerzo, más hincapié y es lo que les digo en las charlas, que lo mejor lo tienen todavía por descubrir, que una vez dejada la literatura infantil se abran a la etapa de los libros de verdad».

Y de la «batalla», como él la califica, por el fomento de la lectura, «hemos conseguido que lean muchas mujeres, pero realmente pocos hombres», de ahí que su llamada a abrir un libro en estos días no vaya solo para los niños y la gente joven, «pues es una actividad buena para todas las edades, puedes volver a coger un libro que te gustó en la infancia o en la juventud, una adaptación de Julio Verne...», en definitiva, alguna obra literaria no excesivamente complicada pero que, sin duda, puede ayudar a reactivar el gusto por la lectura.