Como si de una denominación de origen se tratase, la firma de Álvaro Sanzol es sinónimo de calidad teatral. La valentía, uno de los últimos textos de este dramaturgo, llegó ayer a Zaragoza de la mano de seis intérpretes sin desperdicio: Jesús Barranco, Francesco Carril, Inma Cuevas, Estefanía de los Santos, Font Gracía y Natalia Huarte. La obra es una comedia de enredos, inspirada en las producciones españolas de principio de siglo que, según dijo ayer Carril, «tocará a cualquiera de una forma u otra». Hoy la ponen en escena en el Principal a las 20.30 horas.

La valentía es una comedia, inspirada en vivencias reales de su autor, protagonizada por tres parejas de hermanos que coinciden por diferentes motivos en una casa, en donde se desarrolla la trama. Dos de las hermanas, Trini y Guada, son las propietarias de la finca, de la cual una quiere desprenderse y la otra no. Los otros dos hermanos, son dos fantasmas que vuelven del pasado para impedir que la casa sea destruida, mientras que la pareja restante son dos expertos en asuntos paranormales que llegan para intentar poner orden. Todo un entresijo de intereses en el que «cada uno tiene que pelear con uno mismo y con su hermano, en el que el humor, como en la vida, sirve de vía de escape y ayuda a relajar los conflictos», añadió Carril, que junto a Huarte y Barranco presentaron ayer la función.

Juntos quisieron incidir en la «cara b» de la obra y en el «poso emocional» que convierte a esta función en «algo más que una comedia». «Las obras de Sanzol siempre tienen una parte reflexiva, que en este caso hace referencia a las herencias familiares, a lo que somos debido a nuestros antepasados», especificó Huarte, que es la primera vez que actúa en el Teatro Principal.

Por su parte, Barranco quiso detenerse en explicar el porqué del título, y es que para él supone «todo un acto de valentía realizar una obra sobre el apego familiar». «Cuando comenzamos con él nos preguntó a qué teníamos miedo, y yo le dije que soy muy temerario. El miedo que siento al principio de una función me ayuda a continuar», concluyó.