En el libro The African Diaspora. A Musical Perspective la profesora y musicóloga Ingrid Monson apunta que más que cualquier otra práctica cultural, la música ofrece fuertes evidencias sobre la existencia de un espacio transfronterizo de expresión simbólica y de construcción de valores culturales que circula entre África, las Américas, el Caribe y Europa. En ese espacio se centró el viernes el Slap! Festival, en la primera jornada de su décimo aniversario, programando artistas de Cuba, Haití y Nueva Orleans. A saber: Battle Of Santiago, Moonlight Benjamin y Hot 8 Brass Band.

Vestida a medio camino entre viuda de plantación y traje de fiesta de ceremonia vudú, Moonlight Benjamin fue lo más destacado de la noche. Acompañada por Matthis Pascaud (guitarra), Quentin Rochas (bajo), Matthieu Vial-Vollet (guitarra) y Bertrand Noel (batería), una competente banda francesa (la artista reside en territorio Macron), Moonlight desplegó toda su fuerza antillana en un ponche bucanero de blues, rock y ecos africanos. Sus cantos y danzas con aromas de la negritud sonaron envueltos en una atmósferas de guitarras que lo mismo bebían del punk que de la psicodelia. Canciones de su disco Sintane (Papa Legba, Memwa’n, Port-Au-Prince, Simbi, Moso Moso, Des Murs y Tan Malouk) y otras como Simido, Doux Pays y Pasay dieron cuerpo a un abrumador y excitante repertorio. Sin duda, Moonlight Benjamin está llamada a ser una de las referencias sonoras actuales.

La noche la abrió Battle Of Santiago, banda residente en Canadá, pero en la que militan músicos cubanos. Su apuesta pasa por el encuentro de los ritmos caribeños y el rock, tal vez siguiendo la estela del trabajo iniciado hace ya bastantes años por X Alfonso desde dentro de la isla caimanera. No obstante, cuando menos por lo escuchado el viernes, Battle Of Santiago aún está lejos de lograr la conjunción rítmica buscada.

Y de cierre, un paseo por la Nueva Orleans de Hot & Brass Band. Trabajando en la línea de The Dirty Dozen Brass Band, pero sin el vigor de esta, la formación se movió con garbo por las estructuras del funk, el jazz callejero y el rap (bounce). En su concierto no faltó una versión de Sexual Healing, de Marvin Gaye, pieza que, junto a What’s My Name, más han sonado del grupo en España. Sho -Hai y R de Rumba calentaron los platos entre conciertos y al final de las actuaciones.