Sólo la mitad de las cintas nacionales estrenadas el año pasado acabaron siendo rentables (únicamente 3 de 10 en el 2002), lo que demuestra que el cine sigue siendo un negocio ciertamente arriesgado. Aún así, mirando al 2004, hay motivos para la esperanza. Para empezar, por el anuncio del aumento del Fondo de Protección de la Cinematografía por parte del Gobierno, que desatasca la deuda contraída con producciones pasadas. ´Una buena noticia que ha sido acogida por el sector con prudencia y alivio´, dijo Aguinaga. Luego están las conversaciones que los productores mantienen con las televisiones para estabilizar la financiación de películas y, por supuesto, el estreno en el 2004 de las nuevas obras de primeros espadas del cine español, como Almodóvar, Amenábar y De la Iglesia. ´La cuota del 16% está bien´ --concluyó Alvarez Monzoncillo--, y el año que viene se podría llegar al 20%. Y hay que valorar también el aumento del prestigio del cine español en el extranjero´. .