TITULO: El paisaje en el siglo XX.

LUGAR: Centro de Exposiciones y Congresos de Ibercaja. San Ignacio de Loyola, 16.

FECHAS: Hasta primeros de abril

HORARIO: De lunes a viernes, 18 a 21 horas. Sábados de 11 a 14 y de 18 a 21 horas. Domingos, de 11 a 14 horas.

Despejadas en el XIX las cautelas que planearon durante siglos sobre el paisaje, relegado a mero decorado o fondo, entró en el siglo XX libre y desinhibido, dispuesto a convivir con las vanguardias. He aquí unos ejemplos:

El coche alegre que viene entre los campos de amebas de Jean Dubuffet. Apenas hay verdes en este paisaje pluricelular cortado por un asfalto que desciende tenaz sobre el que flota divertido el coche solo, ligero y sin esfuerzo, como levitando. La ciudad de Simbad (1950), de Vieira da Silva, está a la vez elevada y tendida, con la mirada del pájaro que la ve aplastada y la perspectiva a la vez del ser humano que la ve elevarse. Cuadrículas de luz resaltan de la noche. Todo parece en silencio y al acecho. La ciudad no duerme. En otro paisaje de André Masson se pelean a navajazos el rojo contra el verde en el ring de la noche.

Georges Braque mete todos los grises del cubismo en este Al borde del mar de 1952, pero no graduados, sino en turbiones que emergen o se desvanecen imprevisibles. Giacometti traza una maraña de exactitudes para componer a lápiz una tarde en silencio. Milagro de trazos sin levantar la mano para plasmar esa atmósfera explosiva y melancólica del balneario. Los árboles de Paul Klee se mecen lentamente como anémonas y bailan sobre esa música de piedras inseguras. Chaïm Soutine deja la huella poderosa del pintor sobre su Niña con perro, casa y contrafuerte , en la que la luz parece metida a la fuerza en un campo de verdes y de rojos. la chiquilla, abandonada a la fantasía, juega tumbada sobre la hierba. Todo amenazaría con aplastarla de no ser por ese blanco violento que forcejea con el paisaje, al que levanta en el aire.