TITULO: Apuntes del natural.

LUGAR: Palacio de Montemuzo. Calle de Santiago, 34. Zaragoza.

AUTOR: Pepe Cerdá

FECHAS: Hasta el 21 de noviembre.

HORARIO: De martes a sábado, de 10 a 14 horas y de 17 a 21. Festivos, de 10 a 14 horas. Lunes, cerrado.

CONTENIDO: Acuarelas que llevan adjuntos textos manuscritos del autor en los que reflexiona sobre la pintura.

Ese cavilar ensimismado de Picasso ante el cuadro, captado por la cámara de Duncan, conectada esa mano al cerebro y dispuesta a dispararse al recibir la señal como se lanza al vacío el pájaro posado en una estatua. Ahí está Pepe Cerdá ante la pintura meditando sobre las cosas y sobre la ilusión del hombre (ilusamente colocado fuera de ellas) por jugar a copiarlas. Y ejerce así el fabuloso ejercicio teatral de la perspectiva con sólo marcar dos rayas en el suelo de una estancia. Esos interiores asimétricos donde el juego de fugas asientan la escena en el espacio ordenado y creíble, con las líneas aplomadas y en su sitio. Pero él dice que son de mentira.

Cerdá plasma la verdad de un rostro (el de la vecina de Villamayor) en la ilusión de ver cómo emerge esa cabeza por milagro de la oscuridad del fondo. Las atrevidas luces que crean bultos, las comisuras audaces. Esa mirada de la muchacha, tan igual a de todos los seres naturales con ojos, y a la vez tan distante, porque está conectada al pensamiento, como la mano de Picasso o la de hombre de Altamira, atento ya al misterio como están los niños.

Pepe Cerdá ilumina esos exteriores abiertos, y los plasma como son, indecisos. O esas gasolineras siempre idénticas: "Puedes hacer miles de kilómetros y siempre estás en el mismo lugar", escribe. La reflexión a vuelapluma: "Todo está pensado, me parece, para que el tiempo no transcurra", con todo el motor en ese me parece que pone en movimiento a una frase que si no sería lapidaria. El Pepe Cerdá observador, irónico, pasional, amante de los arrebatos fugaces y las paradas en seco: "Si me han entrado a robar una docena de veces, en ninguna ocasión se han llevado un cuadro, un dibujo, ni un grabado. Sólo se llevan el equipo de música, el dinero, la bicicleta...".