Los últimos días del actor transcurrieron en los límites de la indigencia, arruinado por las múltiples batallas legales planteadas durante los últimos años y con deudas de 20 millones de dólares. Según The Sunday Times , el libro de próxima aparición Brando in twilight (Brando en el crepúsculo ) narra cómo el protagonista de Un tranvía llamado deseo vivía en un bungalow de una sola habitación y se las arreglaba para llegar a fin de mes con ayudas del Estado y una pensión del gremio de actores.

Además, su exdoncella y amante Christina Ruiz había amenazado con reabrir una demanda de 100 millones de dólares, asegurando que el actor rompió el acuerdo por el que se comprometía a pagarle 10.000 dólares al mes por el cuidado de tres niños, incluido el hijo de ambos, Timothy, que es autista y tiene 10 años. El citado libro retrata a un Brando casi indigente, en números rojos tras sus numerosos juicios, el más sonado en 1990, cuando se gastó siete millones de dólares en la defensa de su hijo Christian, procesado por el asesinato del novio de su hermana Cheyenne.

Brando vivía solo en su casa de Mulholland Drive, llamada Frangipani, rodeado de lujosas mansiones y famosos vecinos, como Jack Nicholson. Pero la suya era, según el libro, una vivienda claustrofóbica, con cortinas de cuentas de madera y dos viejos sofás como todo mueble. El viejo actor, que se negó a recoger su segundo Oscar por El padrino en protesta por el trato a los indios americanos, resolvió su última pugna legal hace unos días, cuando sus abogados llegaron a un acuerdo con su antigua asistente personal, Caroline Barrett, en torno a los 185.000 dólares que, supuestamente, el actor le regaló para comprar un apartamento en Londres a mediados de los 80, y que le reclamó después alegando que se había tratado de un préstamo que debía devolver.

EL REGRESO A LA PANTALLA

Barrett, que comenzó a trabajar para Brando en 1976 y dejó su puesto en 2001, presentó la demanda el año pasado contra el hombre que llegó incluso a adoptar legalmente a su hija. A pesar de las interminables batallas legales que lo asediaron hasta el ultimo momento, y de sus problemas de salud y movilidad, Brando tenía proyectos para volver a la pantalla. Tras aparecer en The score (2001), junto a Edward Norton y Robert de Niro, iba a prestar su voz a una anciana en la película animada Big bug man . "Necesita el dinero", informó una fuente de la productora de la película.

También había programado aparecer en la cinta británica Brando and Brando , que narra la vida de un joven tunecino fascinado por el sueño americano y por el legendario actor. La productora, Norma Heyman, declaró hace poco más de un mes que Brando estaba preparado para rodar. "La primer vez que Ridha Beho, responsable de la película, fue a verlo, pasaron cinco horas hablando en francés --explicó--. Si está enfermo, desde luego la enfermedad no ha afectado a su intelecto".

Su último papel, en La isla del doctor Moreau (John Frankenheimer) data de 1996. Desde entonces, y salvo el cameo en The score , Brando se recluyó en su casa de Los Angeles, donde se movía en silla de ruedas y respiraba con mascarilla de oxígeno.