Dar sentido a una comunidad tan heterogénea como es la africana a través de un diálogo transversal en ámbitos como el social, el político, el cultural, el identitario o el económico, entre otros; las horas de esfuerzo por aclarar cuáles son los objetivos, así como la definición -siempre complicada- de dicha comunidad; el propósito de la acción conjunta y los fines que se buscan, junto al siempre difícil equilibrio entre los intereses y los anhelos existentes, conforman en gran medida la argamasa de una agenda continental que permite dar respuesta a los desafíos de África como continente. Pero también la posible maduración de una visión africana en un mundo cada vez más interconectado y globalizado.

Todo ello tiene su máxima expresión en la denominada Agenda 2063, una idea adoptada en la XXIV Asamblea Ordinaria de Jefes de Estado y Gobierno de la Unión Africana, que tuvo lugar en Addis Abeba y que, poco a poco, ha cobrado vida a través de la puesta en marcha, en el año 2019, de la zona libre comercio de África y de los impulsos locales y regionales africanos.

Este año 2021 puede conllevar un impulso definitivo a un continente que intenta vertebrar su presencia en muy diferentes sectores de la actividad humana, y ser una voz destacable en la globalización, frente los enfoques eurocéntrico anglosajón o asiático chino, y que genere el enriquecimiento del propio proceso global de la humanidad.

Una voz desde África para el mundo con absoluta impronta africana, ya no lastrada por su historia reciente, sobre la base de sociedades jóvenes y dinámicas capaces de forjar los impulsos necesarios del desarrollo económico, social, cultural y ético al proceso de globalización

La propia Agenda 2063 articula gran parte de estos anhelos de impronta africana, entre los que destacan la generación de una red panafricana de datos digitales y servicios en línea, el establecimiento de una universidad africana abierta, la preservación del patrimonio cultural, la compilación de la historia del continente desde la riqueza de visiones africanas, la puesta en marcha de un espacio libre de movimientos para los ciudadanos africanos o la potenciación de todo tipo de infraestructuras en el continente, entre otros.

Es una agenda africana para los africanos, donde se busca profundizar en interacciones y estrategias que minimicen el peso de otros actores externos muy determinantes en la reciente historia del continente.

En la generación de las condiciones de crecimiento y desarrollo, aprovechando los aspectos positivos que hoy día interactúan, unida a la decisión y voluntad política por profundizar en la integración africana como principal herramienta ante los retos de su inserción en los procesos de globalización, tal vez el 2021 sea el año de África y del sueño por fin de convertirse en un sujeto activo.