La cooperación no solo ha jugado un papel central en la evolución y en el desarrollo y pervivencia de la vida, sino que recientes descubrimientos científicos acerca de las claves del comportamiento humano, explicados con gran rigor, sencillez y claridad por el científico aragonés Carlos López Otín en su libro publicado en el 2019, La vida en cuatro letras, ponen de manifiesto que nuestra relación con el ambiente que nos rodea tiene el potencial de modificar nuestra información genética.

Estudios recientes realizados en prestigiosas universidades, como las de Harvard o California, han mostrado la existencia de cambios positivos en los patrones de expresión génica gracias a la interacción con un entorno favorable.

Más concretamente se ha demostrado que actividades como la meditación, el contacto con la naturaleza o el altruismo potencian el sistema inmune de las personas, reducen la producción de hormonas estresantes, disminuyen la presión arterial y mejoran considerablemente la sensación de bienestar emocional.