La aplicación del estado de alarma «puede tener consecuencias socialmente dañinas para las familias que viven en situación de pobreza, a quienes afectará de manera más intensa y extensa», advirtió Save The Children el lunes. La oenegé sostiene que el estado de alarma decretado para contener el coronavirus es una medida «necesaria» que sin embargo golpeará con dureza a los más desfavorecidos. Por ello sus responsables proponen «una moratoria en los desahucios y los vencimientos de préstamos a las familias y la prohibición de cortes de energía en los hogares mientras dure la crisis».

También avisan de que, como ya ha pasado en China, pueda crecer el número de divorcios, lo que «puede afectar de forma muy importante al bienestar emocional de niños y niñas e implica un aumento de la vulnerabilidad económica de las familias». Save the Children insta a las administraciones a «aumentar la prestación por hijo o hija a cargo» y alerta de que el aumento del teletrabajo «supondrá una carga para los cuidados domésticos, asumidos en mayor medida por mujeres». El director general de la oenegé, Andrés Conde, ha explicado que los programas de Save the Children siguen «plenamente operativos», a excepción de «algunas actividades de grupo» que se efectúan en las zonas con más afectación por coronavirus, que se han suspendido por precaución.

Ha añadido que la organización ya está «preparada» por si el actual escenario se alargara y se ha mostrado preocupado por la afectación que puede tener el coronavirus en «campos de refugiados y países con sistemas de salud enormemente frágiles”. Conde ha asegurado que, en cualquier caso, Save the Children «estará a la altura de lo que las circunstancias exijan».