«Donar no es dar los medicamentos que nos sobran», afirma Iñaki García Aroca, responsable de Farmamundi Aragón. Es cierto que muchas veces se amontonan en los hogares restos de tratamientos que nunca más serán utilizados, pero éstos no pueden donarse. La única manera de evitar que se acumulen es haciendo un uso racional y responsable de los mismos, tanto los dispensadores como los pacientes.

Hasta el año 2000, Farmamundi seleccionaba y recuperaba parte de los medicamentos desechados que llegaban a las farmacias. Los aprovechables se enviaban a países enpobrecidos, siempre que estos los demandaran, y los no aptos se destruían en plantas autorizadas para no contaminar el medio ambiente.

Sin embargo, cada vez llegaban a sus almacenes menos fármacos útiles y más caducados o en envases abiertos o casi vacíos, con lo cual Farmamundi parecía más un vertedero que una agencia humanitaria. Al final, dedicaban más esfuerzo y dinero a destruir las medicinas inservibles que a envíos humanitarios.

Estos últimos tenían que completarse a menudo con medicamentos comprados para poder tratar las enfermedades propias de otras latitudes, puesto que entre las sobras domésticas no había antimaláricos, ni antituberculosos, ni tratamientos completos de antibióticos esenciales, ni vitaminas o antiparasitarios.

Además, desde el año 2000, la Agencia Española del Medicamento (AEM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan que no se envÍen medicamentos que hayan salido del canal farmacéutico, puesto que no se puede garantizar su calidad. Y ya no se autorizan las exportaciones de medicinas usadas.

Dicho de manera más llana, «lo que no es bueno para nosotros, tampoco lo es para ellos».

Desde entonces, Farmamundi aplica la ley a rajatabla y no exporta ningún medicamento usado. Al mismo tiempo, creó una central de compras de fármacos, hoy llamada área logística humanitaria, para el suministro de medicamentos esenciales (genéricos y en envase hospitalario) y material sanitario a precio de coste, destinado a la cooperación al desarrollo y para situaciones de emergencia.