El secretario de organización del PSOE, José Blanco, afirmó ayer que el llamamiento realizado el miércoles por el aspirante demócrata a la Casa Blanca, John Kerry, para que el nuevo Gobierno español "reconsidere" su decisión de retirar las tropas de Irak responde a la necesidad que tiene el rival de Bush de "impactar" en la sociedad estadounidense y de "conseguir votos".

Blanco puso en duda que Kerry realmente "pueda estar convencido" de que sería conveniente que España no retirara su contingente militar. "Seguramente desconoce que la decisión no es fruto de la improvisación y mucho menos de los atentados", dijo. "Nosotros no hemos compartido ninguna de las decisiones que se han tomado para avalar una guerra injusta, basada en mentiras. Y hemos sido claros desde el primer momento. Hemos dicho que la reconstrucción de Irak se tenía que hacer bajo mandato de la ONU".

El escozor de Washington por la victoria socialista fue patente el miércoles en el Congreso de EEUU, dominado por los republicanos, informa Mercedes Hervás. "Tenemos una nación que sucumbió políticamente a las amenazas del terrorismo y cambió su Gobierno", dijo Dennis Hastert, presidente de la Cámara de Representantes.

"En cierto modo, han intentado apaciguar a los terroristas", añadió el republicano, quien subrayó que, por el contrario, en las parlamentarias del 2002, los estadounidenses reforzaron la mayoría de su partido en ambas cámaras.

"Si seguimos el ejemplo del nuevo Gobierno español, aceptamos el fracaso en Irak y permitimos que venzan allí los terroristas, no daremos abasto para contar el número de personas que sufrirán las consecuencias", atacó el líder republicano en la Cámara baja, Tom DeLay.

Estos comentarios precedieron a la aprobación de una resolución donde la Cámara de Representantes apoyó la política de Bush para Irak y declaró que "EEUU y el mundo son más seguros desde la expulsión de Sadam". Muchos demócratas se revolvieron. "¿Está España más segura? ¿Y Oriente Próximo?", adujo John Murtha.

"Los republicanos no han sugerido aún que se decrete un embargo de aceitunas y paella, pero probablemente falta poco", ironizó en The New York Times Maureen Dowd. Más ácido fue su colega Thomas Friedman, quien comparó la retirada de tropas de Irak prometida por Zapatero con el pacto de Munich firmado con Hitler por el primer ministro británico Chamberlain antes de la segunda guerra mundial y declaró la retirada como "el momento más peligroso desde el 11-S".