El portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran Lleida, ha asegurado hoy que si su grupo se va a abstener en la votación sobre la ley de abdicación, que permitirá la retirada de Juan Carlos I, es fundamentalmente porque los partidos mayoritarios de la Cámara, PP y PSOE, han decidido “excluir” a los nacionalistas catalanes de la historia de España. Y porque el tema de fondo del debate es el relevo en la jefatura del Estado cuando es precisamente el Estado lo que está “cuestionado” en Cataluña. Asimismo, reclamó al que será nuevo Rey que tenga gestos inmediatos en pro de la reforma de las instituciones y de la celebración de una consulta catalana.

La intervención de Duran fue polémica y con polémica se recibió en el hemiciclo, que respondió con rumores y comentarios desde los escaños a la retahíla de agravios que esgrimió desde la tribuna para explicar por qué no pensaba dar apoyo a la norma que hoy se somete a examen en tan solemne sesión parlamentaria.

Así, sacó a colación que el Rey no llamó ni a CiU ni a PNV para preparar el proceso de abdicación hace unos meses, ya que optó por diseñar un plan únicamente con populares y socialistas. Recordó además la aprobación de la LOAPA o que su grupo quedó fuera de la reforma express del artículo 35 de la Constitución para garantizar el cumplimiento del déficit ante Europa.

¿POLÍTICA PEQUEÑA?

No perdió ocasión Duran de afear a los conservadores el recurso que presentaron ante el Tribunal Constitucional contra el Estatut de Cataluña, o la campaña que emprendieron por toda España durante su tramitación, especialmente en Andalucía. Se refirió específicamente al presidente, Mariano Rajoy, para espetarle que “política pequeña” es haber hecho esas cosas o haber votado en su día contra el programa de reformas que, de forma urgente, presentó en el Congreso José Luis Rodríguez Zapatero para evitar el rescate de España, “sólo para intentar ver pasar su cadáver político”.

Dicho esto, eligió el papel desempeñado por Juan Carlos I en estos años, aunque matizó que como todos los servidores públicos ha tenido sus luces y sus sombras, y presumió de su relación con el futuro monarca, quien será Felipe VI a partir de la próxima semana, y al que instó a no perder tiempo para impulsar un cambio real que conlleve, entre otras cosas, reformas en las instituciones del Estado que está obligado a arbitrar y la posibilidad de que Cataluña celebre una consulta.