El embajador español ante las Naciones Unidas, Inocencio Arias, pidió ayer disculpas públicamente por la presión que ejerció España en el Consejo de Seguridad inmediatamente después de los atentados del 11 de marzo para que se aprobara una resolución que atribuyó erróneamente la autoría a ETA.

"Actuamos de buena fe, pero con prisas. La próxima vez, a menos que estemos un cien por cien seguros, no deberíamos precipitarnos. Debemos disculparnos por esto", dijo ante la prensa, según informó Efe.

El pasado 11 de marzo, horas después del brutal atentado que causó la muerte de 190 personas en Madrid, el Consejo de Seguridad adoptó por unanimidad una resolución de condena en la que se mencionaba al grupo terrorista ETA. La resolución fue el resultado de la presión que ejerció el Gobierno del PP.

CRITICAS Frente a las críticas recibidas por la información errónea, Arias afirmó ayer que en ese momento se actuó conforme a los datos de que disponía el Gobierno, que "estaba completamente convencido de que los autores eran los miembros de ETA". "Eran las primeras horas de la mañana, estábamos en un estado de shock, la emoción era alta... y nosotros, de buena fe, presionamos al Consejo para hacerlo", se justificó. "La lección que hay que tomar para la próxima vez es que, a menos de que estemos muy seguros, no hay que presionar", insistió.

La petición pública de disculpas se produce el mismo día en que el prestigioso rotativo británico Financial Times publicó un artículo que juzga con dureza la actuación de José María Aznar por poner en peligro la seguridad europea. "¿Qué supo Aznar y cuándo lo supo?", se preguntaba el diario económico, en un detallado análisis sobre el comportamiento del Gobierno español.

IRRITACION EN EUROPA El demoledor artículo, publicado a toda portada en uno de los periódicos más importantes de Europa justo cuando Aznar participaba en la cumbre de la UE, reflejaba la irritación en ciertas capitales por el hecho de que el Gobierno español no les informara de que todo apuntaba al terror islamista: "Algunos gobiernos europeos creen que España puso en peligro al continente al acusar falsamente a ETA, manteniendo esa tesis bastante tiempo después de que las pruebas apuntaran a la participación de un grupo islámico. La reputación de Aznar quedó hecha jirones".