En 1996, cuando el PP heredó el poder del PSOE, los ministros salientes hicieron el traspaso de carteras a los entrantes, y a continuación asistieron a sus tomas de posesión. La costumbre se había mantenido desde entonces, pero esta vez el Gobierno del PP ha impuesto que los traspasos de poderes fueran el domingo --salvo en Defensa-- y las tomas de posesión, ayer. Todo para que los exministros no tuvieran que presenciar el acto.