Felipe VI fue quien acordó que su padre se marchara de España de forma "indefinida", un plan que comenzó a urdir seis meses antes al conocer el alcance de sus negocios ocultos en el extranjero, y que necesitó tiempo convencerle porque "en absoluto" el rey emérito quería asumir la decisión como propia. Esta tesis se recoge en el libro 'Felipe VI, un rey en la adversidad' (editorial Planeta), escrito por el periodista y analista José Antonio Zarzalejos, cuya presentación ha tenido lugar este miércoles en un hotel de Madrid.

Zarzalejos revela que don Felipe empezó a fraguar el plan de la expatriación en marzo de 2020 cuando renunció a la herencia de su padre y le retiró la asignación del Estado al descubrir que le había puesto de beneficiario de dos fundaciones opacas (Lucum y Zagatka), lo que supuso "un repudio definitivo" hacia don Juan Carlos. "Convencer al padre requirió tiempo y esfuerzo porque era imprescindible que el emérito asumiese como decisión propia la que no lo era en absoluto", se dice en el libro.

Se trató de una "estrategia coordinada" de la Casa Real con el Gobierno, que brindó un apoyo "distante, pero efectivo", a la medida, de la que informó al líder del PP, Pablo Casado, en la víspera de que don Juan Carlos viajara a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) el 3 de agosto de 2020.

Para aceptar, don Juan Carlos puso como condición elegir el país al que ir, "moverse con plena libertad a otros cuando lo creyese conveniente" y decidir cuándo comunicar que se había trasladado a Emiratos Árabes Unidos.

Zarzalejos sostiene que la marcha de don Juan Carlos podría ser "definitiva", aunque el destino de Abu Dabi "no se da por permanente", y agrega que ni la Zarzuela ni la Moncloa tienen un plan B sobre el regreso del emérito.

El Rey y Cataluña

Sobre Cataluña, el columnista de EL PERIÓDICO asegura que Felipe VI trasladó en julio de 2014 al entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, "su disponibilidad a intervenir discretamente" para que el proceso soberanista no fuera a más, pero el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, no lo aceptó.

Además, y en relación al discurso del 3 de octubre de 2017 contra el desafío independentista, Zarzalejos comenta que Rajoy aceptó con "reticencias" el texto que le trasladó el rey, y que Sánchez, entonces líder del PSOE, le propuso incluir "una llamada al diálogo", pero don Felipe declinó.