El juez Baltasar Garzón decidió ayer suspender la declaración del ciudadano argelino Ali Amrous, que en enero afirmó en San Sebastián que se iba a producir una matanza en Madrid. El magistrado dio un plazo de 48 horas a la policía para que investigue a ese ciudadano, acusado de un presunto delito de integración en banda armada.

Amrous declaró ante el juez durante una hora. Mientras era conducido al despacho del magistrado, en funciones de guardia del suspendido Guillermo Ruiz Polanco, se mostró distendido ante los periodistas. "¿Qué pasa?", preguntó para añadir a continuación: "Calma".

En su declaración explicó que "no era violento". Y relató que uno de sus hermanos había sido militante del Grupo Islámico Armado (GIA) y que había muerto. No obstante, explicó que cuando la policía vasca fue a identificarle les acusó de ser unos racistas y les dijo: "No os váis a olvidar de mi cara porque dentro de dos meses va a morir mucha gente en Atocha". Los agentes le replicaron que el estadio de fútbol de Atocha se llamaba ahora Anoeta. Y él aclaró que se refería a Madrid.

La policía ha incautado al argelino una agenda de teléfonos que está siendo investigada. Sin embargo, las fuentes consultadas descartan que haya establecido contacto con los arrestados el sábado en Madrid.