Las relaciones hispano-polacas no están para lanzar cohetes. Dos días después de que José Luis Rodríguez Zapatero cancelara la cumbre bilateral en Varsovia, el primer ministro polaco, Marek Belka, anuló ayer un encuentro que tenía previsto en Bruselas con el líder español antes del inicio del Consejo Europeo.

La cita estaba programada para las siete de la tarde. Sin embargo, Belka no acudió a la reunión. Un portavoz polaco transmitió a la delegación española que el vuelo procedente de Varsovia sufrió un retraso y que Belka iría directamente a la cena de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE.

Este plantón se produce después de que Zapatero cancelara la cumbre bilateral que debía celebrarse el martes en Varsovia. El presidente español justificó su decisión en que la comparecencia de la víspera ante la comisión del 11-M --que duró 14 horas-- lo había dejado extenuado y sin margen para desplazarse.

RELACIONES COMPLEJAS Estos desencuentros se producen en un momento complejo de las relaciones bilaterales debido a la próxima negociación del presupuesto comunitario para el periodo 2007-2013. El martes pasado, al tiempo que se anulaba la cumbre, un alto cargo del Ministerio de Exteriores español intentaba pactar con su homólogo polaco una declaración conjunta de los dos países para reafirmar sus respectivas posiciones ante las futuras negociaciones financieras de la UE. Fuentes diplomáticas señalaron a este diario que la declaración estaba casi acordada, pero, en el último momento, Polonia prefirió no suscribirla.