El presidente catalán sabe que funciona mejor en las distancias cortas. Quizá por eso no dudó en desembarazarse de la americana durante el coloquio con los 70 alumnos matriculados en el curso y en gastarle una broma a uno de ellos que le formuló una pregunta en un marcadísimo acento andaluz: "Es usted catalán, ¿verdad?", comentario éste que suscitó risas entre el público asistente. Incluso supo salir airoso de una alambicada cuestión en la que se mezclaban el catalán, TV-3 y el flamenco: Pasqual Maragall se confesó como un gran admirador del arte del cantaor local Duquende.El presidente de la Generalitat toreó con garbo en plaza amiga

. El de ayer era un público compuesto por estudiantes, profesores universitarios y de secundaria y algún jubilado, que no fueron a buscarle las cosquillas en el turno de preguntas pese a los equilibrios que implica la arquitectura del Estado. Uno de los alumnos, por ejemplo, dijo en tono irónico que le agradaría ver cómo los vascos se adaptan al concepto de solidaridad financiera. Otro le preguntó si cree que Rodríguez Zapatero cumplirá su promesa de no tocar "una sola coma" de la propuesta de nuevo Estatuto que surja del Parlamento catalán. "Yo creo que Zapatero es cumplidor", zanjó Maragall.El alumno Josep Solves, profesor en la Universidad Cardenal Herrera de Valencia, aplaudió la intervención de Pasqual Maragall porque, a pesar de que su propuesta "es menos llamativa que la de Juan José Ibarretxe, es más real" (el lendakari había intervenido el pasado miércoles en el mismo seminario en El Escorial).